Hasta el próximo 17 de septiembre estará abierta al público en la galería Via 2 de Eivissa una exposición de pinturas y esculturas de Dora Catarineau, formada en parte por una selección de su muestra Revolver, presentada la pasada primavera en su Cartagena natal, más pinturas de varios tiempos y cuatro esculturas en barro «hechas a propósito para el mundo gay, que como no tienen hijos suelen ser los que más dinero invierten en arte», apuntó ayer en la presentación de la muestra la artista, refiriéndose a sus 'nalgas compenetradas'.

En cuanto a las pinturas, tienden hacia el expresionismo abstracto, con incursiones en el mundo pop y el arte gestual. Obras realizadas con óleo sobre tela, tabla y papel. «En este soporte, por la crisis», ironizó Catarineu, algo que parece natural en su forma de ser, llegando incluso a decir: «La verdad es que me gustan más los amigos que la exposición». O, refiriéndose al título del conjunto de la muestra, Revolver: «Tiene tres sentidos; por el álbum de The Beatles; porque lo revolví todo y porque la intención era volver otra vez».

Catarineu ha realizado estudios en la Escuela de Arquitectos Técnicos de Sevilla y estudios libres de pintura y escultura en Sevilla y Reus. Ha presentado numerosas exposiciones individuales y colectivas en España y en el extranjero, destacando cuando fue seleccionada para la prestigiosa Documenta de Kasel y la feria Nicaf de Tokio.

Sobre su trabajo, la poeta Amelia Castilla escribe en el catálogo de Revolver: «Como en otras ocasiones, Dora no ha hecho otra cosa que contar su vida y sus experiencias a través de unos cuadros perfectamente reconocibles, como propios de una pintora con un fuerte estilo personal». O del texto firmado por José Francisco López: «Ahí están los ratos de charla en la barra del bar, el río de gente que fluye por el Malecón, de impecable chándal y animado cotilleo, a paso de marcha atlética, sin poder parar, las conversaciones callejeras superpuestas, el ruido ambiente... Todo imparable, si no es por los cortes que arbitrariamente nos muestran la vida y el arte de Dora en porciones asimilables. Descargas, corrientes, ríos de color matérico por el que fluyen y se superponen personajes y momentos sucesivos simultaneados».