Llevo en esta isla 34 años, por lo que creo tener derecho a dar libremente mi opinión como ibicenco de adopción sobre los temas locales que llaman mi atención por una razón o por otra. Por ejemplo, me sorprende que a estas alturas de su más que meritoria trayectoria profesional e intelectual, Bartolomé Escandell Bonet no haya recibido por parte de las instituciones de Eivissa el homenaje que merece con creces. Y me consta que muchos otros ciudadanos comparten mi opinión.

Julio Herranz

Entonces, claro, a la sorpresa sigue la pregunta: ¿Por qué? Y las respuestas especulativas que sospecho -o me llegan por varios conductos y de distinta ideología- me parecen tan alicortas, por usar un adjetivo políticamente correcto, que me dejan más bien perplejo y a cuadros ante la torpeza y cicatería de nuestros políticos, que (conviene recordarlo, pues lo olvidan a menudo) están al servicio de los ciudadanos. Además, quien honra a los mejores de ellos (de la esfera que sea), honran al pueblo al que pertenecen y, de paso, a ellos mismos.

Y como nunca es tarde para corregir injusticias tan palmarias, creo que ya seria hora de que se rectificase semejante error. Y la coyuntura ayudaría al honroso gesto: acaba de concluir su esforzada, rigurosa y ambiciosa obra Ibiza y Formentera en la Corona de Aragón; un trabajo en el que el profesor Escandell ha empleado unos 15 años y ha repartido en cuatro volúmenes, el último de los cuales acaba de aparecer en una editorial de Oviedo (¡?); al parecer por el 'delito' de haber sido escrito en castellano. Para echar a correr.

Sea o no tenida en cuenta esta petición, desde aquí le hago mi particular homenaje. Y gracias, caballero.