J. HERRANZ

La sala de cultura de Sa Nostra acogió ayer la inauguración de la exposición Gravats, de Marià Fortuny, que estará abierta al público hasta el 14 de abril. Uno de sus dos comisarios, Enric Juncosa, explicó a este periódico por qué un aficionado al arte no debe perderse esta muestra extraordinaria: «Lo importante es tener toda su obra grabada en una misma colección, aparte de que se pueden apreciar pruebas de trabajo para mostrar el proceso que Fortuny utilizaba para hacer sus estampas. Lo podemos ver en un dibujo preparatorio y la estampa final», precisó Juncosa, añadiendo: «Hay pruebas muy raras, como la estampa del Idil·li, sobre pergamino, un soporte utilizado para ediciones de lujo».

Además, la exposición de Sa Nostra tiene otro valor añadido: «Podemos ver la presentación, pues es la primera vez que se expone, de un grabado de Fortuny inédito en todo el mundo (Àrab amb gel·laba i turbant a cavall). No lo tiene ninguna pinacoteca del mundo; es de una colección particular de Mallorca», informó el comisario. Así, si hasta ahora se habían catalogado 35 grabados, la colección completa es de 36.

En cuanto al interés y vigencia que la obra del pintor, dibujante y grabador catalán tiene en la actualidad, Enric Juncosa no lo dudó un momento: «Totalmente, porque se puede apreciar un dibujo extraordinario, un trabajo muy minucioso, con mucha sensibilidad, incluso yendo un poquito más allá del academicismo. Porque tiene una serie de obras muy académicas y clásicas, pero luego empezó con la experimentación, que es lo que daría un toque más contemporáneo a su obra». Un conjunto creativo que comenzó a difundirse desde Roma, donde estudió becado por la Diputación de Barcelona; escenario de un triunfo vertiginoso que lo dio fama en todo el mundo.