El cantante demostró el porqué es uno de los artistas más reconocidos en España. Foto: MANOLÍN ARTIGAS

LUCIANA AVERSA

Vinieron de Palma, de Formentera y de toda la isla. Se trajeron el sombrero que los identifica como 'barrieros' y también el arte, las palmas, el baile y las ganas de pasárselo, ésta vez sí, en grande. Los fans de El Barrio se tomaron la revancha pero aún así no fue suficiente. Si hace dos años se quedaron fuera de la discoteca Garbi centenares de personas, esta vez, más de 4.000 abarrotaron la carpa pero no se pudo hacer más por las decenas que no pudieron entrar.

Los acordes guitarreros de Àngel Malherido hicieron de introducción para la llegada de El Barrio que subió puntual al escenario con su sombrero característico, un pauñelo de brillos, camisa, pantalón y chaqueta negra. El cantante gaditano inauguró su segundo directo en la isla entrando de lleno a su nuevo álbum La voz de mi silencio con el tema Quién Soy, seguido por Todo está en el aire antes de dar la bienvenida al entregado y numeroso público allí presente. «Buenas noches Eivissa, cómo está el pueblo de aquí, tenía ganas de venir», expresó El Barrio para comenzar con una agitada hora y media de concierto. «Gracias a la voz de la gente y de los barrieros nació La voz de mi silencio», agregó el artista y continuó con un largo repertorio que ofreció a sus fans la posibilidad de bailar con La Barra del bar, dar palmitas al ritmo de Buena bonita y barata y corear la versión de La Hora, de Medina Azhara, que arrancó entre el público el duende y el baile. «Hay mucho flamenco por aquí», les animó para recibir como respuesta una ovación y dejar por un momento al público en manos de su banda.

Regresó vestido de ángel de la muerte con una careta de calavera y una amplia túnica negra. «Quiero reivindicar cómo la señora música, dueña de las penas, muere en manos de un ignorante. Vengo a llevarme la música al mundo de los sueños», aseguró el artista tras cantar El Gran Circo, una canción que reivindica estos duros tiempos que vive la industria musical. «Tu cuerpo descansa en la manta que abriga el desprecio, la reina de las emociones vendida a bajo precio», rezó el artista en su estribillo.

Ya vestido otra vez de El Barrio, continuó su concierto con rumbas, canciones por soleá y por tangos, sin olvidar un popurrí flamenco con temas como El Aire y Caminando, entre otros. Continuó con sus recién estrenadas composiciones Pa' Madrid, La voz de mi silencio y Orgullo para terminar con un bis dedicado a sus fans, Somos los barrieros, el tema que cerró un concierto de plena comunión entre artista y público, entre la señora música y sus admiradores del pueblo.