Tras siete años dirigiendo uno de los coros más prestigiosos del mundo, Joaquim Piqué ha decidido cerrar este importante capítulo de su vida artística con un concierto en Eivissa. Un recital que ayer reunió a un numeroso público llegado de toda la isla que quiso acercarse a la iglesia de Sant Josep para escuchar a los 40 niños de entre 9 y 14 años que forman parte en la actualidad de la Escolania de Montserrat, uno de los grupos corales más antiguos de Europa.
«Me pareció más bonito acabar en Eivissa que en algún otro sitio. Me hacía ilusión visitar la isla, hacer fotografías, bañarme y hacer un poco de turismo después de mi último concierto», asegura Piqué sobre su decisión de ofrecer su despedida aquí, antes de comenzar con lo describe como un momento de «pausa y calma» que pretende vivir durante este verano.
Porque a sus 19 años en el mundo de la música suma una relación con la Escolania que se ha dividido en tres etapas. La primera como, parte del coro, cuando era niño; la segunda, como ayudante del antiguo director, y ésta última al frente del grupo coral. «Y ahora, como los entrenadores de fútbol, voy a ver si hay algún equipo que necesite un director. Me gustaría dirigir un grupo de adultos, y si es profesional, mejor», agrega.
El concierto de ayer estuvo divido en dos partes. Una fue religiosa, basada en obras que compositores han dedicado a Montserrat, muchos de ellos antiguos directores, o músicos como Paul Casals, cuya obra religiosa se ha inspirado el santuario.
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