El director de zarzuela Josep Maria Damunt (derecha) con el productor mallorquín Rafel Oliver.

JULIO HERRANZ

El centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 21,00 horas de este sábado la representación de La del manojo de rosas, de Pablo Sorozabal y libreto de Carreño y Castro; y a las 18,00 horas del domingo, La canción del olvido, de José Serrano, con libreto de Romero, Fernández y Shaw. Se trata de dos producciones de la compañía de ópera y zarzuela Teatre Líric de Barcelona, dirigida por Josep Maria Damunt. «Que hagamos esta gira por las Islas ha sido una propuesta de Rafel Oliver, quien me pidió que también incluyéramos en ella a Eivissa, isla que, por cierto, no conozco todavía, lo que me hace una gran ilusión, pues es la única que me falta del archipiélago», apuntó ayer a este periódico el reconocido director, compositor, intérprete y promotor. «Espero que el público no se las pierda, pues es una gran ocasión para ver dos de los títulos más populares del género», añadió.

Preguntado si cree que en los últimos tiempos la zarzuela está perdiendo al fin el calificativo de «género chico», Damunt recordó que el término (usado a veces con intención minusvaloradora respecto a la ópera) «no tiene que ver nada con la zarzuela. Es un término que no se refiere a que tenga más o menos importancia, sino que fue una denominación que se remonta a 1800 para designar a las zarzuelas que tenían sólo un acto, como La verbena de la paloma, Bohemios, La Revoltosa... Como duraba sobre una hora, se les llamaba 'género chico' para diferenciarlas de las obras que tenían dos o tres actos», precisó.

En cuanto al montaje que presenta en Eivissa, se ajusta a una línea ortodoxa, pero evolucionada. «Sigue la línea tradicional, pero modernizada en cuanto a escenografía; toda de madera, vistosa y de calidad. Yo llevo en esto unos 40 años, y empecé con decorados de papel y tela; pero desde hace unos 25 todo es corpóreo, zarzuela limpia, pero sin salirse de los cánones», subrayó.

Por su larga experiencia como promotor, Josep Maria Damunt ha observado que en los últimos tiempos (acaso influidos por el éxito de la comedia musical), los jóvenes están comenzando a aficionarse a la zarzuela. «Sí, van entrando poco a poco. Yo trabajo por toda la Península y un 25 por ciento es público joven, de entre 25 y 35 años; pero no discotequero, claro. La prueba es que si repiten es porque les gusta», reconoció Damunt, añadiendo que había elegido La del manojo de rosas y La canción del olvido para esta gira por las Islas «por ser de las más conocidas y populares, incluso para los que no son aficionados a la zarzuela, de las veintitantas que llevo en repertorio».

Josep Maria Damunt (Nuile, Tarragona) cursó estudios de piano, armonía y composición y contrapunto en el Conservatori Municipal de Barcelona; ampliándolos a dirección de orquesta y especializándose en zarzuela. Desde que en 1965 formó su propia compañía, ha recorrido toda la geografía española, sin dejar de dirigir y acompañar al piano a los cantantes. Como compositor, en 1975 destacó con su zarzuela Sueño de gloria, estrenada en Barcelona y presentada en toda España con notable éxito de público y crítica. Por su profesionalidad, el maestro Moreno Torraba le confió el estreno mundial de su última zarzuela, Maria Manuela; y el maestro Pablo Sorozabal le confió siempre sus obras Damunt alterna su labor de director, pianista de su compañía con la de director invitado en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, Lliceu de Barcelona, Palau de la Música Catalana, Festival de Ópera de La Coruña... Desde 1997 es el director artístico y musical del Festival de la Zarzuela de Las Palmas.

Josep Maria Damunt puso ayer especial énfasis en destacar la profesionalidad de su compañía lírica: «Toda la música, cantantes y orquesta, es en directo y sin ninguna megafonía, de ningún tipo; algo que algunas compañías no suelen cumplir últimamente. Mi criterio es que el cantante que necesite megafonía, que se dedique a cantar boleros, pero no zarzuela», apuntó.