Sa Llonja de Palma acogió ayer la primera representación de Paso doble, una singular performance realizada por Miquel Barceló y el coreógrafo Josef Nadj que plasma el proceso de creación del mural cerámico ideado por el artista mallorquín para la Capella del Santissim de la Catedral de Palma. Las entradas para las otras dos funciones programadas (hoy y mañana) están agotadas desde hace tiempo.
Además, Barceló y Nadj ofrecieron el pasado domingo una sesión para amigos, autoridades y medios de comunicación de un trabajo, estrenado en el último Festival de Avignon, que enfrenta a sus protagonistas a un material, el barro, contra el que luchan con cualquier parte de su cuerpo, hasta que al final la obra termina engullendo a sus satisfechos creadores.
Un mural de barro recubierto por una capa de arcilla blanca recibía al espectador. Estaba intacto hasta que Barceló y Nadj empezaron a golpearlo con los puños desde detrás. Después, empezó la batalla. Azadas, palos, cuchillos de madera o palas eran las herramientas utilizadas para trabajar el material, que se iba transformando y cobraba vida. Los dedos, los codos, los pies o las manos, todo servía. Aparecían formas que más tarde desaparecían, se diluían y volvían en un constante juego creativo a cuatro manos.
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