El hipocausto de can Servent está al lado del hipódromo de Sant Jordi.

C. R.

Las obras de la autovía al aeropuerto descubrieron un tesoro que llevaba siglos oculto en las cercanías del Hipódromo de Sant Jordi. Se trata de un hipocausto, una instalación que servía de calefacción a los romanos. Según la memoria publicada en el Butlletí Oficial de les Illes Balears hace escasos días, que recoge el acuerdo de la comisión de patrimonio para iniciar el expediente de declaración como bien catalogado de este elemento, se trataba de estructuras construidas a nivel subterráneo o semisubterráneo que constituían hornos, donde mediante la combustión de madera se producía aire caliente que era canalizado para calentar dependencias domésticas o termales. Eran elementos muy extendidos en todo el Imperio romano.

El hipocausto hallado en Sant Jordi, también llamado hipocausto de can Servent, es hoy en día «un elemento único en las Pitiüses», según la misma documentación. De hecho la justificación para declarar estos restos como Bé Catalogat se basa en su carácter de excepcionalidad. Otro elemento similar fue investigado en los años 70 en las Pitiüses, aunque actualmente no se conserva o permanece oculto y «correspondía a una tipología y cronología -bizantina- bastante diferente».

Este elemento conserva la planta prácticamente íntegra, aunque los muros y las columnas que se conservan tienen una altura inferior a 0,50 metros. El hipocausto iría ligado a una construcción aérea, quizás un asentamiento romano, que en el momento de la excavación, el año pasado, ya estaba totalmente desaparecida. La boca del hipocausto, por donde se encendía el fuego y se quemaba la leña tiene una amplitud media de 0,60 metros.

El lugar en el que se sitúan los restos, al lado del hipódromo Sant Jordi, era tradicionalmente un terreno con alternancia de secano y regadío, en desuso desde hace años, según la memoria.

La conselleria de Patrimoni informó a finales de octubre de que una vez finalizadas las obras de la autovía se hará un estudio arqueológico para conservar in situ el hipocausto y para que pueda ser visitado. La empresa constructora protegió el hallazgo con unas vallas metálicas.