Recreación de la cubierta de una embarcación de corsarios, ayer en la exposición de «Sa Nostra».

Anna Colomar, una de las comisarias de la muestra, salió al paso de uno de los malentendidos más frecuentes en relación a los corsarios: «Hay que dejar claro que los corsarios no eran piratas; éstos hacían una actividad delicitiva, mientras que el corsarismo era un trabajo lícito, con autorización real o del gobierno, que les daba la 'patente de corso'», precisó, añadiendo que el corsarismo tenía tres aspectos: el económico (una forma de ganarse la vida), el político (sólo atacaban a barcos enemigos de la corona) e ideológico (musulmanes contra cristianos).

JULIO HERRANZ

La Sala de Cultura de «Sa Nostra» acogió ayer la inauguración de la exposición «Corsaris», organizada por el Ayuntamiento de Eivissa y la Fundación «Sa Nostra», y comisariada por Fanny Tur y Anna Colomar, responsables del Arxiu Històric Municipal de Eivissa, con la colaboración de varios investigadores e historiadores de la isla. El presupuesto de la muestra, que estará abierta al público hasta el 20 de febrero, ha sido de 36.000 euros, de los que la Fundación «Sa Nostra» ha pagado 30.000. «Creemos que con esta exposición se salvará la laguna que tenemos los ibicencos sobre el tema del corsarismo, que son bastantes», apuntó ayer en la presentación la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Eivissa, quien estuvo acompañada por Fernando Roig, director de Zona de «Sa Nostra».

La exposición clausura las actividades realizadas a lo largo de este año por el Ayuntamiento para celebrar el 200º aniversario del apresamiento del barco inglés «Felicity» por Antoni Riquer Arabí y el centenario de la colocación de la primera piedra del monumento a los corsarios del Puerto de Eivissa, inaugurado el 6 de agosto de 1915. «Hemos pretendido hacer un recorrido de una manera pedagógica y muy accesible de lo que significó la actividad corsaria en las Pitiüses, contextualizada en un momento histórico y en una situación económica y geográfica, ésta última tan estrátegica», apuntó Tur.

La muestra ocupa todo el espacio expositivo de la sala, con abundante material gráfico y documental, así como elementos escenográficos que facilitan la comprensión del fenómeno del corsarismo en el Mediterráneo en general, y en las Pitiüses en particular. «Aunque fueron muchos, se incluye una relación de los nombres de los que tenemos documentación, hemos elegido dos protagonistas: el corsario principal del siglo XVIII, Jaume Planells Ferrer 'Sit', de quien Pere Vilàs escribió una biografía, y de Antoni Riquer Arabí, que a pesar de lo popular que fue, no hay aún una monografía documentada», recordó Fanny Tur.

La muestra incluye dos maquetas de barcos del Museo Naval de Cartagena, otra del Museo Naval de Madrid; varios mapas de la Fundación March; documentos del Arxiu de la Pabordia de Eivissa; una serie de armas de la colección que «la Caixa» cedió al Ayuntamiento de Eivissa hará unos 15 años; varios vestidos del mundo rural ibicenco del siglo XVIII, de dicha colección, y abundante ilustracciones que se corresponden con la explicación histórica de cada panel; y hasta una bomba casera sin explotar hecha con una botella de vidrio. Todo ello expuesto con criterio cronológicos: etapa medieval, moderna, época de máximo explendor (en el siglo XVIII) y final de la actividad, a mediados del XIX.

Uno de los elementos más llamativos de la muestra es la recreación de la cubierta de una embarcación corsaria, que ocupa la sala pequeña, y que hasta tiene saquitos de las especias que solían portar y otros materiales de época.

Además de estar dirigida a todos los interesados por la hisotiria de las Pitiüses, por su carácter claramente pedagógico la exposición sobre el fenómeno del corsarismo está particularmente indicada para los alumnos de la isla, cuyas visitas contarán con un monitor que le dé in situ las oportunas explicaciones. Además, se editará un libro que recogerá todo el material, documentos e información reúnida en la muestra; libro que, probablemente, estará a la venta por Sant Jordi.