Portada de la novela, en la que Eivissa tiene un papel protagonista.

JULIO HERRANZ

«Siempre digo que el año más feliz de mi vida es cuando hice la mili en Eivissa, en el 67. Desde entonces tengo idealizada la isla; siempre que puedo vuelvo, y cuando muera me gustaría que me enterraran en ella». Toda una declaración de amor la que dedicó a Eivissa con estas palabras José López Mar, quien en su primera novela, «Las manzanas del Edén» (Maikalili ediciones), hace de la isla un destacado protagonista de la misma. Y no pierde ocasión para seguir echándole piropos: «Los más bellos amaneceres del mundo son los que viví desde el cuartel del Castillo. He estado en agosto y he visto que estaba en ruinas. Me dio mucha pena», señaló a este periódico.

«Las manzanas del Edén» cuenta la historia de Marcelo, un independentista catalán «con un terrible drama personal que le provoca una profunda depresión. Para salir de su aislamiento, un prestigioso e influyente psiquiatra logra introducirle en una orgía internacional. Un amor casi imposible cambiará sus conceptos adquiridos de la vida y la muerte, despertando su consciencia cósmica y planetaria», según se explica en la contraportada del libro.

Según su autor, «tiene tres vertientes: literaria, psicológica y de denuncia. Se explican muchas cosas sobre la vida, la muerte, la homosexualidad, el independentismo... pero todo enfocado de una manera muy natural y lógica. En la novela hago hincapie en que los problemas crecen si se ven desde cerca, como con lupa; mientras que si los miras desde arriba no son tan graves. Yo defiendo una sociedad multirracial en la que todos nos entendamos bien y respetemos la naturaleza».

Farmacéutico de profesión, su afición por el arte se abre a varios horizontes: guionista de radio, autor de obras de teatro, pintura, ciencias ocultas, experto en tarot (da clases en Barcelona); «y tengo registrado más de 50 boleros en Autores. Dyango cantó una canción mía», apuntó el polifacético creador, que no siempre encuentra salidas a sus productos. «Para novelas hay muchas puertas a las que llamar, y aunque es difícil, alguna se te puede abrir; pero en teatro la cosa es más difícil, pues es un mundo muy cerrado y con muy pocas puertas a las que tocar. De todas formas, espero que algún día sonará la flauta, porque me haría ilusión poder publicar y, a ser posible, estrenar las dos obras de teatro que tengo escritas», señaló López Mar, cuyo segundo apellido es Martínez. «Para la novela lo cambié por Mar para distinguirme un poquito del nombre con el que registro las canciones en Autores», precisó.

Natural de Granollers, la principal ilusión actual de López Mar es que su novela («la historia de un amor kármico que nos ayuda a desprendernos de las cadenas») sea leída. «Dicen que es muy cinematográfica. En Barcelona se ha vendido muchísimo; me gustaría presentarla en Eivissa», apuntó.