La Sala de Cultura de «Sa Nostra» acogerá a partir de las 20,00 horas la inauguración de una exposición de pinturas de Josep Marí en torno al tema del paisaje urbano de Eivissa ciudad y el marítimo de las Pitiüses en general. La muestra, que reúne 25 óleos sobre tela y 10 acrílicos, estará abierta al público hasta el próximo 3 de noviembre. «El soporte condiciona bastante, determina mucho el tratamiento de la obra. Incluso cuando pintas sobre una tela pintada previamente, pues te permite conseguir unos efectos distintos y más interesantes que cuando lo haces sobre una tela virgen», precisó ayer a este periódico el pintor, escritor y poeta.
Preguntado si admitía que su pintura tiene dos vertientes claramente diferenciadas, la lírica y la épica, Marí respondió: «Seguramente es así. Creo que la vertiente lírica es visible, con voluntad manifiesta. En cambio, hay cosas que son más objetivas, menos apasionadas, por decirlo de alguna manera».
Las obras están claramente diferenciadas en dos grupos: «El paisaje urbano, la arquitectura; y las abstracciones de mar, cielo y a veces un trozo de playa». En cuanto al paisaje urbano, «a veces se nos viene encima, es todo un primer plano que casi desborda la tela, mientras que otras veces el paisaje queda en segundo plano, en medio de un ambiente de cielos tratados de manera especial, de luces y sombras con un protagonismo importante». Incluso, de nuevo, aparece alguna obra monocroma. «Desde hace tiempo, y de tarde en tarde, hago algún cuadro en blanco y negro; que no lo es realmente tanto, porque hay muchos matices grises que me sorprenden a mí mismo por su calidez. Tonos que consigo por no limpiar bien los pinceles», ironizó.
Con un planteamiento diferente a la hora de enfrentarse a la obra en función de la luz, según sea a pleno día o en las horas del crepúsculo. Por sus limitaciones fotosensibles, Josep Marí tiene clara sus preferencias lumínicas: «Prefiero los paisajes crepusculares, porque son los momentos del día en los que más me apetece pasear y descubrir lo que busco a la hora de pintar».
Selectivo en cuanto a la luz y selectivo también por lo que hace a la mirada: «Sí, no tienes más remedio que ser muy selectivo y dar muchas vueltas a la ciudad para que, de pronto, unos volúmenes irrelevantes desde un punto de vista arquitectónico adquieran una dimensión más inspiradoras. Esto es algo que nos lo trae siempre la hora del día, por la luz. Hay momentos que te pueden dar ganas de huir, por la potencia que tiene a la hora de determinar el atractivo de un entorno».
Josep Marí Marí (Eivissa, 1948) estudió dibujo y modelado en la Escola d'Arts i Oficis de Eivissa y Bellas Artes en la Escola superior de Sant Jordi de Barcelona. En 1964 presentó su primera exposición individual, formada por óleos con paisajes de Eivissa. Desde 1981 ha expuesto regularmente en la Sala de Cultura de «Sa Nostra» de Eivissa. Entre otras, «El color per la paraula» (1997), con pinturas de técnica mixta (cera, tinta chica y lápiz) sobre papel de acuarela con poemas previamente manuscritos; y «Els murs» (2004), una visión interior del espacio urbano de su ciudad natal, uno de los motivos más frecuentados en su producción plástica, pero con distinto planteamiento en cada ocasión.
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