Alegre y vitalista tras ganar la 55ª edición del Premio Planeta, Àlvaro Pombo recibió a un pequeño grupo de periodistas y explicó que su novela «La fortuna de Matilda Turpin» es una novela «sombría», llena de conflictos familiares entre quienes pesa la sombra de un fantasma . «Es la mejor novela que yo he escrito», alegó el autor, quien se mostró indiferente a que la crítica pueda acusarle de presentarse a un premio demasiado comercial. «A todos los narradores nos gusta tener un público. Y reconozco que me viene muy bien el dinero y la difusión que tiene este premio», reconoció este escritor santanderino que se ha embolsado 601.000 euros (menos impuestos); un dinero que piensa «disfrutar» y gastarlo, «antes de estirar la pata».

Àlvaro Pombo se declara un admirador del género femenino y por ello su novela está centrada en una mujer que se casa enamorada y que renuncia a su realización personal para cuidar a sus hijos y a su familia. Años más tarde, esta mujer muere de cáncer y su marido se retira a la casa que la familia posee en el norte de España. Entonces surgirá el «duelo» y el «resentimiento» de este hombre «que no entendía la vitalidad de su mujer». «Ese proceso de duelo se convierte en una rememoración del rencor», aclaró Pombo, quien asegura que la moraleja de esta obra podría ser un canto a la acción frente a la pasividad de muchos seres humanos. «La acción nos hace libres y hace al mundo inteligible mientras que la pasividad hace el mundo fangoso y viscoso», apuntó este escritor, que en el año 2004 fue elegido académico de la Real Academia de la Lengua para ocupar el sillón de Laín Entralgo.

«Todos estos conflictos personales que cuento en mis libros están en mi cabeza», reconoció Àlvaro Pombo, quien aseguró que la mayoría de los narradores aportan a la ficción parte de su experiencia propia, que van «desplegando minuciosamente» en toda su obra narrativa. Respecto a sus futuros proyectos, anunció que está trabajando una novela «que es muy santanderina» y que trata de emular a «Los Buddenbrook» de Thomas Mann.

En cuanto a la finalista del Planeta, lo ganó contra pronóstico la periodista y escritora gallega Marta Rivera de la Cruz con «En tiempo de prodigios»