Armin Heinemann dirigiendo ayer en Can Ventosa el primer ensayo 'in situ' de «La Traviata de Ibiza», una versión singular de la popular ópera de Verdi. zFotos: IRENE G. RUIZ

JULIO HERRANZ

La sala polivalente de Can Ventosa mostraba ayer un animado ambiente con el primer ensayo 'in situ' de «La Traviata de Ibiza», una singular producción de Armin Heinemann de la popular ópera de Verdi, trasladada a la Eivissa actual y en clave de ópera de cámara. Tendrá cuatro representaciones: 13, 15 y 19 de septiembre (21,00 horas) y el domingo 17 (19,00 horas). Las entradas, al precio de 20, 25 y 50 (zona vip) euros, ya pueden adquirirse en la boutique Paula's; y desde el 1 de septiembre en Can Ventosa.

El principal responsable de la producción se mostraba ayer bastante optimista acerca de la marcha del trabajo. «Veo que hay muchas posibilidades de que salga muy muy bonito. Todos los que participan son muy buenos, ya saben su papel, y los cantantes son estupendos. El primer día de ensayo no se puede decir nada, porque por más tiempo que tengas para ello siempre hay cosas que se deben rectificar, pues el trabajo de los ensayos nunca se termina», explicó ayer a este periódico Heinemann, diseñador (es el creador de la prestigiosa firma Paula's), arquitecto, editor ocasional, experto en bel canto, escenógrafo y colaborador de Alicia Alonso, primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba.

Como si se tratase de una cebolla al revés, el montaje de «La Traviata de Ibiza» irá avanzando por planos que se irán superponiéndose. «Ahora estamos con la expresión humana, que es lo principal. Se ensaya sin vestuario, para perfilarla bien. Cuando la expresión humana y la acción estén bien definidas y convenzan sin ninguna ayuda más, entonces entrarán los demás elementos», precisó el director, conocedor del tema por experiencia. Entre otras, la producción, diseño de vestuario, escenografía y dirección de escena del «Cossi fan tutte» mozartiano para el Gran Teatro de la Habana, estrenado en 2004 y repuesto hace unos meses.

A partir de la expresión humana, en los ensayos se irán incorporando los otros elementos, «que incluso, a primera vista, pueden ser contrarios, o parecer que no están conectados directamente. Son planos que se van añadiendo al conjunto (vestuario, decoración, ambientación, luces...), que van enriqueciendo el producto con otros matices necesarios, hasta alcanzar el resultado final deseado», subrayó Heinemann, quien se mostró reservado a la hora de hablar de su trabajo más directo, el vestuario y la escenografía. «No te lo voy a decir, porque esa es la sorpresa. Queremos que haya un impacto estético en los espectadores», precisó.