El próximo mes de diciembre la galería Van der Voort presentará la exposición «Otros paisajes», de Mario de Ayguavives (Zaragoza, 1968), que ha ocupado recientemente el Palacio de la Aljafería de Zaragoza. A través de la manipulación informática de fotografías del paisaje, el polifacético artista relacionado con Eivissa desde niño, invita a una reflexión ética y estética sobre las intervenciones agresivas que el hombre realiza en el medio ambiente. Y lo hace con una sutil alteración de paisajes de varias latitudes, incluidos algunos de la costa de esta isla.

No es la primera vez que Mario de Ayguavives (licenciado en Bellas Artes por Barcelona y profesor de Medios Informáticos en la Escuela de Arte de Zaragoza) recurre a esta técnica de «prestidigitación» informática para sus propuestas estéticas. La primera vez fue con «Otro cuerpo» (1997-1998), una inquietante serie que producía cierto desasosiego, ya que revestía de piel humana objetos cotidianos y elementos naturales; a la que siguió «Otra ciudad» (1999-2004), cuya peculiaridad era alterar paisajes urbanos reales; y continuó con «Familia feliz» (2004), una manipulación en clave irónica de la vida familiar de una pareja con un hijo (la del propio artista), cambiando los muebles reales por réplicas de juguetes; como si «jugara a las casitas» con su vida doméstica. Las dos primeras series han sido ya presentadas en Eivissa.

Mario de Ayguavives explica en el catálogo de «Otro paisaje» el por qué de su interés por esta singular vía de expresión artística: «Tras varios años dedicado a la escultura y la instalación, a partir de 1997 centré mi trabajo en el campo de la fotografía. Aunque hasta entonces siempre había utilizado dicha técnica, han sido las actuales posibilidades de tratamiento de gráficos por ordenador las que me han facilitado conseguir el resultado que quería durante los últimos años».

Tras explicar la génesis de la serie «Otro cuerpo», el artista reflexiona el concepto que late en la iniciativa: «Sin negar las ventajas que el progreso conlleva en nuestras vidas, no puedo evitar tener la sensación de que la excesiva velocidad con la que a lo largo del siglo XX se han desarrollado la industrialización, la ciencia, la tecnología o las ciudades, entre otros aspectos (unido al triunfo del capitalismo, con su culto al dinero sin límites), ha hecho difícil su asimilación y su control, de manera que los seres humanos de finales de este siglo y principios del XXI vivimos en una época de gran confusión y poca reflexión; sólo parece importante producir y consumir», recuerda oportuno.

Apostando por el progreso científico, Ayguavives afirma que «una herramienta fruto de ese desarrollo es la que me ha permitido crear imágenes que, aunque siempre estén muy manipuladas, pretendo que se mantengan al límite de la realidad y resulten totalmente creíbles al espectador. Si éste cree que las imágenes presentadas a lo largo de estas series son o pueden ser reales, y le resultan de algún modo familiares, mi preocupación tiene entonces bastante fundamento».

Y enfocando la serie concreta de «Otro paisaje», el artista precisa: «Trabajar con el paisaje natural como tema me parece muy interesante, por lo poco que de él ha ido dejando el hombre a su alrededor y lo mucho que lo hemos manipulado y explotado. De hecho, en nuestro entorno más cercano, cada vez es más difícil contemplar algún paisaje que todavía sea natural». Y una invitación final: «Deberíamos buscar y observar más el poco paisaje natural que hemos dejado y ver cómo en la naturaleza la auténtica belleza y riqueza se encuentra en la diversidad. La naturaleza invita a mirar, a observar, a reflexionar y, por supuesto, aprender».