Uno de los conciertos de caramelles que organiza la Conselleria de Cultura.

La iglesia de Sant Carles acogerá a las 11'00 horas de mañana domingo el último concierto de caramelles del ciclo que ha organizado la Conselleria de Cultura con motivo de las pasadas Navidades. La «escuadra» de Xacoters de sa Torre (de Puig d'en Valls) será de nuevo la encargada de ofrecer esta manifestación litúrgica tradicional, cuyo origen catalán se remonta a varios siglos atrás. El reconocido folklorista ibicenco Xico Bufí aprovecha la ocasión para explicar la evolución y vigencia de ses caramelles, una tradición que no llegó a perderse, por lo menos en algunos pueblos. «En Jesús y en Sant Josep nunca se perdió la costumbre. Sobre todo en Jesús, mi pueblo, donde había muchas escuadras. Y si no cantaban públicamente era porque no se lo pedían, pero lo hacían en la casa y en su ambiente», explicó.

Con esta afirmación sale al paso de las «Aclaraciones sobre caramellers y caramelles», que Vicente Ribas realizó el pasado domingo en su sección de este periódico. En ella, Ribas sostenía que la tradición desapareció de la isla a finales de los 40, y que fue a finales de los 70 y gracias a Juventudes Musicales (presidida entonces por Vicente Ribas) cuando volvió a recuperarse. «Juventudes hizo una labor muy loable, pero sólo sirvió para organizar unas determinadas cantadas de caremelles, pero no se preocupó de fomentar y formar a caramellers, que era lo que hacía más falta para mantener la continuidad de esta tradición», apuntó Bufí.

Fue años más tarde cuando se llevó a cabo una iniciativa política para que no se perdiesen ses caramelles. «Fue gracias al Patronat Municipal de Música de Eivissa, que organizó unos cursos en los que salió una cantera de jóvenes que hoy son los que están en las diferentes colles de caramelles». «El curso lo dio mi hermano Vicent, y de la parte musical se encargó Miquel Ferreras, uno de los maestros de la música folklórica ibicenca y uno de los pocos caramellers que quedaban. Se formaron tres escuadras: dos siguieron cantando y otra lo intentó y lo dejó. De la parte de Sant Josep vinieron algunas veces, pero después dejaron de cantarlas».

Según explicó Bufí, «ahora quedan tres escuadras de caramelles. Dentro de Xacoters de sa Torre hay dos; la otra es de Can Bonet de Sant Antoni, formada por gente de este grupo y de la colla de Sant Joan de Labritja. Son grupos que tienen plena autonomía para cantarlas dónde y cuándo quieran», precisó el folklorista, quien agradeció al Consell el patrocinio de estos conciertos de caramelles: «Cuando ses caramelles formaban parte de la vida cotidiana del ambiente navideño no necesitaban patrocinadores, porque era algo espontáneo en la vida del pueblo; pero una vez desaparecida la costumbre, como pasa con eball pagès, son las instituciones las que tienen que apoyar y potenciar estas tradiciones».

Xico Bufí recuerda y sostiene que fueron los pueblos los que mantuvieron viva la tradición de ses caramelles. «Era donde siempre había un auténtico ambiente caramellers, algo que dudo que existiera (al menos yo no lo conocía) en las iglesias de Vila». «Era en los pueblos donde se cantaba en las casas y luego se iba a las iglesias. Lo mismo que en las famosas festes pagades, en la procesión de Tots Sants , en Cap d'Any, por Reyes, o en las fiestas de Sant Antoni; también se seguían haciendo entonces caramelles; no era solamente en la noche de maitines (del Gallo), donde en mi pueblo llegó a haber tres colles de caramellers. Por eso tenía supervivencia y continuidad», apuntó.