Roser Marí Torres y Carlos Corrales Escriche son dos de los cinco autores del proyecto «Mind Mist», uno de los ganadores de este certamen internacional de arquitectura para jardines; este año con la memoria como inspiración.

Los estudiantes ibicencos de Arquitectura, Roser Marí Torres y Carlos Corrales Escriche figuran entre los cinco autores del proyecto «Mind Mist» con el que este equipo de la Facultad de Arquitectura de Barcelona ha ganado uno de los premios del XIX Festival Internacional des Jardins de Chaumont-SL (Francia). Los otros miembros del equipo son Laia Solé Raventos, Jordi Hernández de Gispert y Ekain Olaizola. El certamen lo organiza el Conservatorio Internacional de Parques, Jardines y Paisaje de esta ciudad francesa para realizar 20 proyectos efímeros en parcelas de unos 200 metros cuadrados. «El concurso propone un tema de inspiración cada año. El anterior fue el caos y este la memoria. Los equipos ganadores tienen que construir un jardín inspirado en este concepto. Cada uno de los cinco empezó a trabajar individualmente y al final se hizo una síntesis con las ideas de todos. Lo curioso es que apenas nos conocíamos, ni siquiera a Carlos, y eso que está en el mismo curso que yo; pero hemos trabajado muy bien juntos», explicó ayer a Ultima Hora Ibiza y FormenteraRoser Marí.

Natural de Sant Josep y con 26 años de edad, es la segunda carrera que cursa Marí, tras la de Diseño Industrial. Actualmente está en cuarto curso, como Carlos Corrales, de 23 años de edad, que explicó así en qué consistía el proyecto ganador de su Facultad: «El jardín se formaliza en unos pilares de diferentes materiales que representan los recuerdos. Luego hay una capa de vegetación que viene a suponer esa especie de niebla mental que no te permite ver los recuerdos tal y como fueron. Por eso el título del proyecto se llama precisamente así,'Mind Mist' (Niebla Mental)».

Según explica la página web oficial del Festival Internacional des Jardins de Chaumont-SL, «su principio es simple: el parque diseñado por Jacques Wirtz reúne 30 parcelas de unos 240 metros cuadrados cada una. Cada participante puede crear su proyecto en libertad, siempre que se ajuste al tema propuesto cada año y que el presupuesto de realización no supere los 12.000 euros». El certamen está abierto a dos grupos: arquitectos paisajistas, arquitectos e ingenieros; y por otra parte a equipos de estudiantes respaldados por sus centros. Los proyectos ganadores se inaugurarán el 30 de abril y permanecerán construidos sólo cinco meses, dejando a continuación las parcelas libres para su reutilización.

Dado, pues, el carácter efímero del proyecto «Mind Mist», tanto Roser Marí como Carlos Corrales estarían «encantados» de que alguna institución de las Pitiüses estuviera interesada en realizarlo aquí. «Sólo habría que adaptarlo a las características de la vegetación de la isla; pero por nuestra parte estaríamos encantados de que se hiciera realidad. Es pequeñito, tiene sólo unos 200 metros cuadrados», insistió Marí.

En cuanto al futuro profesional de ambos estudiantes, parece que lo único que tienen claro en estos momentos es terminar la carrera, de cinco cursos. «Estoy completamente desubicado, de momento; lo único que tengo claro es que quiero dedicarme a la práctica de la arquitectura. Igual sería en otro sitio, porque creo que en la isla hay muy poca libertad para hacer tus cosas, a no ser que tengas ya un nombre como arquitecto», precisó Carlos Corrales, ibicenco de nacimiento aunque hijo de padre granadino y madre turolense.

Una impresión parecida a la de su compañera de proyecto y carrera, con lo que la «fuga de cerebros» habitual parece que no tiene visos de remitir. «Yo estoy un poco igual que Carlos; la verdad es que no tengo aún muy claro hacia dónde quiero tirar. Me gustaría ejercer la carrera en Eivissa, pero aquí está todo muy limitado. De momento, lo prioritario es acabar la carrera», concluyó.