La Eivissa de Elmyr y Smilja a través de una exposición y un desfile Adlib

Dos personajes realmente singulares; él, un extraordinario falsificador de grandes maestros impresionistas y de la vanguardia, que se suicidó hace 15 años cuando estaban a punto de extraditarle a Francia por delitos relacionados con su arte; y ella, una polémica mujer que levantaba adhesiones inquebrantables y también enconados rechazos, pero que tuvo un especial talento para las relaciones públicas y para lanzar al mundo la imagen de la moda Adlib, su mejor «invento». «Por su forma de actuar, por no ser ibicencos y tener un origen más bien desconocido y algo misterioso, más un pasado enigmático, Eivissa nunca les va a hacer el reconocimiento oficial que se merecerían de sobra», subrayó el autor de la sección dominical «La memoria indiscreta».

Vicente Ribas se mostró muy agradecido con el hotel y la discoteca Pachá, que corren con todos los gastos de este particular «homenaje». «Esa palabra suena demasiado solemne y oficial, la verdad. Y como los dos eran más bien frívolos y ligeros, el acto tendrá otro carácter, más sencillo y sin pretensiones, en el que han colaborado bastantes amigos: por una parte las boutiques de entonces, muchas ya sin negocio, que han tenido que buscar en los baúles y pedir a clientes para poder organizar una nostálgica pasarela Adlib; y en cuanto a la exposición, ha sido posible gracias a un grupo de amigos que tienen cuadros, dibujos y litografías de Elmyr y los prestan para la ocasión».