El primer contacto de Charles Reynolds con estas islas fue en Formentera, donde «hace ya muchos años vine con un amigo, me encantó y formamos por un mes una especie de colonia francesa cultural muy divertida e interesante», comentó a este periódico. La semilla de aquel primer «flechazo» cuajó en 1995, cuando este reconocido pianista de jazz y compositor francés decidió instalarse gran parte del año en Eivissa. «Formentera me parecía demasiado pequeña para todo el año, y prefería quedarme en Eivissa, una isla en la que la mitad es bueno y la otra mitad malo; pero es muy fácil vivir lejos de lo que no te gusta».

Los aficionados al jazz de la isla ya conocen sus actuaciones en el Arteca y en otros lugares de la isla, como es Racó Verd (Sant Josep). Cada miércoles de este verano está tocando en el hotel rural de Atzaró junto a Rafa Pelletey (bajo y voz) y Jacques Vennat (batería). «Hay pocos sitios en la isla en los que paguen decentemente a los músicos», aseguró Reynolds.