El investigador ibicenco Nito Verdera ha descubierto en la
Universidad de Yale los archivos inéditos del doctor Charles W.
Goff sobre Cristóbal Colón, que concluyen que tanto los restos
conservados en Santo Domingo como los de la Cartuja de Sevilla
pertenecen al almirante, cuyo esqueleto habría sido dividido.
Verdera, que estudia los orígenes de Colón desde hace décadas,
mantiene la teoría de que el almirante era de origen ibicenco y que
su apellido original sería Colom, y en el transcurso de sus
investigaciones ha logrado encontrar estos documentos, que
sostienen que los restos hallados en la Cartuja no son de Diego,
hermano del descubridor, sino del propio almirante. En una
entrevista concedida a EFE, el también periodista y escritor
ibicenco explicó que los archivos de Goff incluyen sus conclusiones
sobre los análisis que realizó a los presuntos restos de Cristóbal
Colón que se conservan en Santo Domingo y a los que se piensa que
corresponden a su hermano Diego, enterrados en la Cartuja de
Sevilla. Según Verdera, los resultados de las investigaciones de
Goff, realizadas en 1959 y 1961, respectivamente, «han sido citados
en muchas ocasiones por diferentes especialistas e investigadores
de Colón», en especial este año, tras la exhumación de otros
supuestos restos del descubridor, los que se encuentran en la
Catedral de Sevilla, «pero hasta ahora se desconocía cuál era su
paradero». El ibicenco ha encontrado cinco cajas con toda la
documentación recogida por el investigador, que incluyen
fotografías de los huesos analizados y algunas conclusiones
inéditas. Estos documentos fueron donados a la biblioteca de Yale
en 1991 por el hijo de Goff, Michael H. Goff, quien los custodió
desde la muerte de su padre en 1975.
La importancia de los estudios de Goff reside, según Verdera, en
que «concluyen que los restos conservados en Santo Domingo se
refieren a un hombre fallecido a los 60 años de edad o más y que
sufrió una artritis ósea en numerosas vértebras y otros huesos».
Estos datos coinciden con lo que escribió Andrés Bernáldez, el Cura
de los Palacios, contemporáneo y amigo personal de Cristóbal Colon,
quien en sus «Memorias del Reinado de los Reyes Católicos» escribió
que «el almirante inventor de las Indias, falleció a los sesenta
años de edad». Otra de las conclusiones del antropólogo americano
es que los supuestos restos de Diego Colón, hermano de Cristóbal,
que examinó en 1961 en la Cartuja y que se encuentran actualmente
enterrados en Santiponce (Sevilla), pertenecen al mismo esqueleto
enterrado en Santo Domingo. Estas afirmaciones, según Nito Verdera,
abonan la teoría que defiende el catedrático dominicano Carlos
Dobal en su libro «Dónde están los huesos de Colón?», en el que
asegura que «los restos (de la Cartuja) corresponden al descubridor
y que su esqueleto fue dividido». Actualmente, los restos de la
Catedral de Sevilla, exhumados en 2003 y que se presupone que
pertenecen al hijo de Colón, también llamado Diego, están siendo
cotejados genéticamente con los de Santiponce en el laboratorio de
Identificación Genética de la Universidad de Granada y los
responsables de la investigación esperan poder hacerlo también con
los de Santo Domingo. Para Nivo Verdera, estos análisis, que están
llevando a cabo el historiador Marcial Castro, el biólogo Sergio
Algarrada y el director del laboratorio, José Antonio Lorente,
pueden «fácilmente» solventar las dudas sobre el parentesco entre
los restos, «puesto que el cromosoma Y se transmite de padre a
hijo». Además, confía en que se aclaren «de una vez por todas dónde
se encuentra enterrado verdaderamente Cristóbal Colón» e incluso el
enigma sobre su origen.
Verdera aseguró que, si se confirma la teoría de Sergio
Algarraba, que apunta que los restos exhumados en Sevilla
pertenecen a un hombre que vivió 44 ó 46 años sin enfermedades
degenerativas, podría determinarse que es realmente el hijo de
Colón. Verdera y al parecer ahora Algarrada defienden que éste fue
enterrado junto a su padre en Santo Domingo y que su urna fue la
que trasladaron por error las autoridades españolas a La Habana en
1795 y posteriormente a la Catedral de Sevilla. «Si el resultado
final es que los restos de Cristóbal Colón son los enterrados en
Santo Domingo», concluyó el investigador, «quedarían descartadas
automáticamente las teorías sobre el origen genovés y mallorquín
del Almirante». La razón que alegó es que Cristóbal Colón murió el
20 de mayo de 1506 en Valladolid y si, según los estudios
científicos de Charles W. Goff, vivió más de 60 años, se descarta
el candidato italiano Cristoforo Colombo, porque nació en 1451 y
hubiera tenido sólo 55 años, y por la misma razón al mallorquín, un
presunto hijo del Príncipe de Viana que visitó Mallorca en
1459.
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