En el centro de la imagen, Charles W. Goff, el 25 de febrero de 1959 cuando se abrió la urna con los restos de Colón.

El investigador ibicenco Nito Verdera ha descubierto en la Universidad de Yale los archivos inéditos del doctor Charles W. Goff sobre Cristóbal Colón, que concluyen que tanto los restos conservados en Santo Domingo como los de la Cartuja de Sevilla pertenecen al almirante, cuyo esqueleto habría sido dividido. Verdera, que estudia los orígenes de Colón desde hace décadas, mantiene la teoría de que el almirante era de origen ibicenco y que su apellido original sería Colom, y en el transcurso de sus investigaciones ha logrado encontrar estos documentos, que sostienen que los restos hallados en la Cartuja no son de Diego, hermano del descubridor, sino del propio almirante. En una entrevista concedida a EFE, el también periodista y escritor ibicenco explicó que los archivos de Goff incluyen sus conclusiones sobre los análisis que realizó a los presuntos restos de Cristóbal Colón que se conservan en Santo Domingo y a los que se piensa que corresponden a su hermano Diego, enterrados en la Cartuja de Sevilla. Según Verdera, los resultados de las investigaciones de Goff, realizadas en 1959 y 1961, respectivamente, «han sido citados en muchas ocasiones por diferentes especialistas e investigadores de Colón», en especial este año, tras la exhumación de otros supuestos restos del descubridor, los que se encuentran en la Catedral de Sevilla, «pero hasta ahora se desconocía cuál era su paradero». El ibicenco ha encontrado cinco cajas con toda la documentación recogida por el investigador, que incluyen fotografías de los huesos analizados y algunas conclusiones inéditas. Estos documentos fueron donados a la biblioteca de Yale en 1991 por el hijo de Goff, Michael H. Goff, quien los custodió desde la muerte de su padre en 1975.

La importancia de los estudios de Goff reside, según Verdera, en que «concluyen que los restos conservados en Santo Domingo se refieren a un hombre fallecido a los 60 años de edad o más y que sufrió una artritis ósea en numerosas vértebras y otros huesos». Estos datos coinciden con lo que escribió Andrés Bernáldez, el Cura de los Palacios, contemporáneo y amigo personal de Cristóbal Colon, quien en sus «Memorias del Reinado de los Reyes Católicos» escribió que «el almirante inventor de las Indias, falleció a los sesenta años de edad». Otra de las conclusiones del antropólogo americano es que los supuestos restos de Diego Colón, hermano de Cristóbal, que examinó en 1961 en la Cartuja y que se encuentran actualmente enterrados en Santiponce (Sevilla), pertenecen al mismo esqueleto enterrado en Santo Domingo. Estas afirmaciones, según Nito Verdera, abonan la teoría que defiende el catedrático dominicano Carlos Dobal en su libro «Dónde están los huesos de Colón?», en el que asegura que «los restos (de la Cartuja) corresponden al descubridor y que su esqueleto fue dividido». Actualmente, los restos de la Catedral de Sevilla, exhumados en 2003 y que se presupone que pertenecen al hijo de Colón, también llamado Diego, están siendo cotejados genéticamente con los de Santiponce en el laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada y los responsables de la investigación esperan poder hacerlo también con los de Santo Domingo. Para Nivo Verdera, estos análisis, que están llevando a cabo el historiador Marcial Castro, el biólogo Sergio Algarrada y el director del laboratorio, José Antonio Lorente, pueden «fácilmente» solventar las dudas sobre el parentesco entre los restos, «puesto que el cromosoma Y se transmite de padre a hijo». Además, confía en que se aclaren «de una vez por todas dónde se encuentra enterrado verdaderamente Cristóbal Colón» e incluso el enigma sobre su origen.

Verdera aseguró que, si se confirma la teoría de Sergio Algarraba, que apunta que los restos exhumados en Sevilla pertenecen a un hombre que vivió 44 ó 46 años sin enfermedades degenerativas, podría determinarse que es realmente el hijo de Colón. Verdera y al parecer ahora Algarrada defienden que éste fue enterrado junto a su padre en Santo Domingo y que su urna fue la que trasladaron por error las autoridades españolas a La Habana en 1795 y posteriormente a la Catedral de Sevilla. «Si el resultado final es que los restos de Cristóbal Colón son los enterrados en Santo Domingo», concluyó el investigador, «quedarían descartadas automáticamente las teorías sobre el origen genovés y mallorquín del Almirante». La razón que alegó es que Cristóbal Colón murió el 20 de mayo de 1506 en Valladolid y si, según los estudios científicos de Charles W. Goff, vivió más de 60 años, se descarta el candidato italiano Cristoforo Colombo, porque nació en 1451 y hubiera tenido sólo 55 años, y por la misma razón al mallorquín, un presunto hijo del Príncipe de Viana que visitó Mallorca en 1459.