Toda una vida dedicada a la poesía o 35 años de poesía que han
dado sentido a una vida, así entiende Antonio Colinas, que vivió
tres décadas en Eivissa, la aparición de su antología «El río de
sombra, 1967-2002», que acaba de salir y que coincide con la
reedición de «Los días en la isla» y de su clásico «Noche más allá
de la noche», publicado por la Fundación Jorge Guillén.
«El río de sombra encierra mi compromiso con la poesía y con mi
persona», explica Colinas (La Bañeza, 1946) a la agencia EFE. Un
recorrido vital y literario el de este escritor, del que María
Zambrano, una de sus maestras, dijo: «su poesía de lenta y pausada
gestación se destaca en el panorama de la poesía actual justamente
por eso, por haber ido paso a paso, porque el poeta la ha dejado
crecer sin forzarla. Ha sabido permitir a su poesía su propio
tiempo. Lúcidamente se lleva consigo. No se perderá».
Así, en esta edición de «El río de sombra», editada por Visor,
se incluyen poemas de títulos tan significativos en la carrera de
Colinas como «Junto al lago» o «Poemas de la tierra y de la
sangre». Poemas, todos ellos, que están marcados por el
pensamiento, la emoción y la intensidad de la palabra, tres
constantes que, junto con la presencia y resurrección del mito,
están presentes en toda la obra de este poeta, narrador, traductor
y ensayista.
Colinas explica que en esta antología se pueden diferenciar tres
grandes bloques. «Mi primera etapa, que se conoce como mi regreso
de Italia, con Sepulcro en Tarquinia , de cuya publicación se
cumplen el año que viene 30 años y del que se hará una edición
especial, y un libro donde están muy presentes el lirismo, la
emoción y la intensidad del lenguaje», dice. «Una segunda parte, de
carácter más reflexivo o metafísico, con libros como 'Noche más
allá de la noche' o 'Astrolabio', el primero que hice en Eivissa, y
un tercer bloque que se abre con 'Silencios' y 'El libro de la
mansedumbre', que es una poesía más hímnica, que busca la plenitud
desde las tensiones y los problemas de la existencia día a día». El
libro termina con «Tiempo y abismo», en donde aparece el tema de la
muerte. Un libro escrito tras el fallecimiento del padre del poeta,
y donde la literatura tuvo un efecto terapéutico, ya que la palabra
poética surgió tras el dolor, «como una válvula de escape».
La obra en su conjunto viene a ser una naturaleza bañada por el
mundo mediterráneo que nutrió al poeta durante los años que pasó en
Italia, donde estudió literatura italiana; y sobre todo por
Eivissa, la isla en la que pasó más de tres décadas. Precisamente
ahora Huerga & Fierro acaba de reeditar su libro «Los días en
la isla», un libro de memorias y de viajes, en donde Colinas
realiza un viaje exterior a través de una naturaleza que revela el
espíritu y los símbolos mediterráneos en sus valores
esenciales.
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