Ca na Costa, uno de los más importantes conjuntos megalíticos de Balears. Foto: GUILLERMO ROMANÍ

Con motivo de la celebración del día Europeo y coincidiendo con los 25 años de la Consell Insular d'Eivissa i Formentera, hoy tendrá lugar en la Pitiusa menor una caminata popular que recorrerá los lugares más emblemáticos de la historia, o protohistoria de Formentera. La visita se centra en dos ejes vertebradores con siglos de distancia entre ellos. En primer lugar, los asistentes, dirigidos por Santiago Colomar, presidente de la Obra Cultural Balear (OCB) de Formentera, visitarán el sepulcro megalítico de Ca na Costa, en las inmediaciones de es Pujols, y uno de los yacimiento igualmente megalíticos situados en las inmediaciones de es Cap de Barbaria, ambos con una datación aproximada entre el año 2000 y 1550 antes de Cristo.

El otro eje de la visita, que simultaneará los recorridos a pie y los desplazamientos en autobús, se centra en la vida, la economía y la historia de Formentera durante la larga época en que todo giraba alrededor de la salinas. Se visitará el antiguo molino que pasaba el agua desde s'Estany Pudent hacia las salinas, la famosa construcción de sa Sèquia financiada por el obispo Carrasco para oxigenar s'Estany en épocas de paludismo y fiebres amarillas o tifoideas, las Salines d'en Ferrer y ecarregador de la sal, uno de los pocos restos de la infraestructura que hasta hace cuatro décadas aún estaban en plena explotación en la isla y que supusieron el único recurso económico para la mayoría de las familias de la isla, que apenas sobrevivían de la escasa agricultura y ganadería hasta la llegada del turismo.

Los interesados en participar hoy en esta caminata didáctica pueden apuntarse al evento bien entre las diez y media y once de la mañana en la plaza de Sant Francesc, bien a las once y cuarto en el puerto de la Savina, desde donde los autocares irán llevando a los participantes a los diversos puntos de interés.

Posteriormente y desde el yacimiento megalítico de es Cap de Barbaria se irá andando hasta la torre de defensa situada en la zona, conocida como la torre des Garroveret , datada a finales del siglo XVIII para posteriormente dirigirse al faro de es Cap, donde los autocares esperarán a los expedicionarios para devolverlos a Sant Francesc, donde serán obsequiados con refrescos, orelletes y bunyols para concluir una jornada lúdico cultural que pocas veces se tiene la posibilidad de disfrutar en la isla.