Miguel Buades y Julio Herranz con su particular «Abanico», la obra conjunta que han realizado el pintor y el poeta.

«Es diferente de un libro, porque una caja implica un misterio. No es sólo un acto intelectual, es una posibilidad de sentir y ver la poesía y la pintura en una experiencia física». Con estas palabras, Miguel Buades resumió a Ultima Hora Ibiza y Formentera el sentido de «Abanico», la caja artística que ha realizado en colaboración con Julio Herranz, poeta y redactor de este periódico. Se trata de una edición limitada de 30 ejemplares, cada uno con una pintura original y diez hojas sueltas con diez poemas inéditos. «Estaban destinados a formar parte de un futuro libro, que no sé aún si continuaré; esta fórmula me parece más interesante», apuntó el escritor andaluz residente en Eivissa.

El marchante francés y gestor cultural Michel Bohbot ha sido el promotor de esta iniciativa, que no es nueva para ninguno de los dos. «Ya he hecho una experiencia similar con otros escritores», apuntó Buades. En cuando a Herranz, sólo una vez: la caja «Al rojo vivo», en colaboración con el pintor italiano Mario Arlati.

«Abanico» será presentado en el centro de l'Hospitalet (anexo del Museu d'Art Contemporani d'Eivissa) el próximo mes de julio en el marco de una exposición-instalación que realizará este verano Miguel Buades. «Se llamará 'Tiempo sacro, tiempo profano', porque, justamente, lo que me interesa es el pasado de iglesia de este hermoso espacio de Dalt Vila. Así, he concebido el trabajo como una instalación que gravita alrededor de este legado, para lo cual voy a crear unos objetos rituales, pero laicos», precisó.

Y esa intención de aproximación a lo religioso domina también en «Abanico». «El origen del libro es el díptico, la hoja plegada. Los códices empezaron a partir de aquí, como el retablo, que se abre durante la misa y luego se cierra». «En ese sentido, hemos querido devolver el misterio a su origen. Tienes la caja en la mesa, pero para verla has de hacer el acto voluntario de abrirla; implica toda una ceremonia que devuelve al arte su sentido sagrado. Porque al colgar las imágenes alrededor nuestro las banalizamos; estamos saturados de imágenes por todos sitios», explicó Buades.

En cuanto a los poemas que forman «Abanico», son piezas breves con intención casi filosófica. «Podría hablarse de poesía conceptual y minimalista. Pequeñas condensaciones acerca del sentimiento amoroso, la vida, la muerte, el placer, el dolor... Poemas depurados a su más mínima expresión», afirmó Herranz.

De muestra, estos «botones» de las diez varillas de este abanico lírico: «PRECAUCIÓN. No alimentes el dolor/ más de lo inevitable:/ podría volverse contra ti»; «CURIOSO. Lo que son las cosas:/ niños, perros y amantes/ pueden, en un momento,/ pasar de ser queridos/ a insoportables». «BALANCE. Debo ser muy pobre/ porque eres lo que más vale/ de todo lo que tengo». «CRACK. Hicimos mal negocio/ queriendo hacer/ de nuestras dos tristezas/ una sola alegría./ No hubo manera».