Patricia Gómez (Alicante, 1970) en la inauguración de su primera muestra en Eivissa. Foto: MARCO TORRES

«Creo que es una exposición muy intimista, que habla de las emociones y los sentimiento». Con estas palabras resumió Patricia Gómez a Ultima Hora Ibiza y Formentera el sentido de la exposición-instalación que presenta en el centro de l'Hospitalet hasta el próximo 12 de mayo. La presencia del trabajo de esta joven creadora alicantina en el anexo del Museu d'Art Contemporani d'Eivissa (MACE) se debe a un nuevo intercambio de la entidad que dirige Elena Ruiz Sastre con el Museo Universitario de Alicante (MUA), colaboración que ya dura dos años y que tiene en cartera nuevos proyectos, aún por revelar.

Patricia Gómez explicó a este periódico las características de esta singular muestra, que resume elocuentemente los trabajos en los que ha andado metida en los últimos tiempos. «Tiene varias partes; de entrada está la habitación de los sueños, con almohadones pintados de rostros que están durmiendo; las cajas de luz, que son fotografías en blanco y negro en retroiluminado con una figura femenina dentro en posición fetal, que representa un poco la evolución del ser humano, insinuando que no tenemos que quedarnos atrapados en nuestros propios pensamientos y obsesiones, sino evolucionar en la vida».

La parte más llamativa para el espectador es la zona de besos. «Es como más irónico, aunque en realidad es una crítica a la sociedad de consumo, pues hoy en día hasta los sentimientos y emociones se compran y se venden. Así, hay besos envasados al vacío, con su código de barras, su tipo de beso y su precio. Es una instalación con el carrito de la compra, las cestas y el políptico del amor que son los más de veinte cuadros que están al fondo», explicó. Ironía y sentido crítico con una intención incluso seductora: «Ahí el espectador en cierto sentido se siente besado, porque normalmente el punto de vista que vemos en los besos es que la gente se besa entre sí, pero ahí los besos están lanzados al espectador, que entra directamente en el juego de sentirse deseado», precisó.

La exposición se completa con un vídeo, «que es una caja de música en la que aparece la misma figura que la de las fotos, moviéndose muy lentamente mientras se oye una nana infantil. Como para insinuar que los pensamientos siempre rebotan en nuestro cerebro y las obsesiones, finalmente, siempre se repiten».

Antes de presentarse en Eivissa, esta peculiar «Caja de resonancia» alrededor del cuerpo estuvo de junio a septiembre en el MUA. También Patricia Gómez mostró recientemente en una galería de Murcia las fotografías, que, ampliada, trae ahora a la isla.

Una de las características de la trayectoria artística de Patricia Gómez es llamar la atención con sus singulares propuestas. «Busco que el espectador no se sienta indiferente ante lo que hago; quiero que sienta algo, positivo o negativo; que la obra trasmita emociones, sensaciones y hasta rechazo, supongo, para alguien». Y con dos nortes creativos como principios: «Siempre me gusta jugar con los sentimientos y hacer cosas con ironía; cosas que son, creo, como la vida misma».

Patricia Gómez Carrasco (Alicante, 1970) es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Valencia. Desde que presentó en 1992 su primera exposición individual, ha desarrollado una interesante trayectoria que ha presentado principalmente en la zona del levante español. Tiene en su haber el Premio Théodore Ralli «Special Salón 2000 de Artístes Français», de París; y el Premio IVAJ «Circuit Art Jove», del Institut Valencià de la Joventut de la Generalitat Valenciana.