Los artistas de Gandini Juggling se intercambian mazas al ritmo de la música. Fotos: MARCO TORRES

La vistosidad de la conjunción de la danza con la destreza y la habilidad de los juegos malabares causó sorpresa ayer en Can Ventosa. Nadie pensaba que se pudieran hacer tantas cosas con elementos materiales más propios de una pista de circo, que de un escenario de teatro. El espectáculo de Gandini Juggling, dentro del programa conciertos familiares patrocinado por la Fundació La Caixa, cumplió las expectativas. La sala de CanVentosa, eso sí, no se llenó para presenciar esta nueva inédita puesta en escena.

Las mazas volaron de mano a mano, pero también se convirtieron en improvisados instrumentos para dar sentido y ritmo a la coreografía de los artistas. Con Gandini Juggling todo vuela al ritmo de la música: las mazas, esferas, pelotas, hasta unas naranjas, y los propios cuerpos de los malabaristas.