Desde su atalaya de 84 años, Josep Buil Mayral mira a la vida con notable amor propio, ese tan necesario para seguir adelante en este trajín complejo de la existencia. Una anécdota que agregó al final de la entrevista el decano de los reporteros gráficos de la isla ilustra perfectamente ese sentimiento, a medio camino entre la vanidad y la coquetería: «El verano pasado iba por la calle con un traje blanco de pantalón corto que hace conjunto con el azul marino y una chica joven se me queda mirando y me dice 'eso sí que es un cuerpo y no el de la guardia civil'. Como lo oyes. Y le contesté: soy un producto de artesanía de mis padres», explicó con cierto orgullo de veterano seductor, añadiendo sin rubor: «aún tengo buen cuerpo».

Buil Mayral ha donado al Consell su colección de más de 40.000 negativos, que desde hace más de un año está siendo digitalizado para, a continuación, ser clasificado por temas. El destino de este extraordinario material será el Arxiu d'Imatge i So, que se instalará en Can Botino. Según explicó a este periódico Lina Sansano, directora del Museu d'Etnologia, una labor parecida, más la restauración de las fotografías más estropeadas, se está llevando a cabo con el archivo Puget. «Luego las imprimiremos en formato grande para poder hacer una exposición», afirmó Sansano.

Actualmente, Buil Mayral está instalado en la Residencia Asistida de Cas Serres. «Me encuentro perfectamente de ánimo y de salud. Salgo por ahí, paseo y participó en las actividades del centro; algunas muy interesantes, como el taller que han hecho unas voluntarias con motivo del Carnaval». Actividades en las que también tiene su protagonismo: «Estoy haciendo en la recepción una pequeña exposición de las fotos que tengo aquí. Ya he hecho tres, las cambio cada 15 días y aún me queda una más que colgar», apuntó.

Y es que se dijera que para este fotógrafo de Girona residente en Eivissa desde el año 1970 lo de la jubilación lo entiende en el sentido original del término: por júbilo, alegría por poder disponer de su tiempo sin los agobios de tener que ganarse ya el pan con el sudor de su cámara. Y eso que los primeros años fueron difíciles en el campo económico.