Escena de «La cena de los idiotas», una de las comedias de más éxito de los últimos años, que se presenta en Can Ventosa el próximo miércoles.

TW
0

El centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 21,30 horas del próximo miércoles día 3 de marzo la representación de «La cena de los idiotas», de Francis Veber, en un montaje dirigido por Paco Mir, uno de los miembros de Tricicle. Jorge Calvo, Fernando Huesca, Fermí Herrero, Carlos Piñeiro, Juanjo Martínez, Maribel Lara y Cecilia Solaguren forman el reparto de esta despiadada sátira contra la alta burguesía que ha gozado del éxito de crítica y público tanto en su primera versión cinematográfica como en su posterior adaptación teatral. A partir de hoy ya pueden adquirirse las entradas al preció de 20 euros.

La denuncia de la práctica de la humillación como instrumento de poder y de relación social es el trasfondo que late en «La cena de los idiotas», adjetivo suavizado en la traducción castellana, ya que el título original en francés es «Le dîner de cons», término cuyo equivalente en la lengua de Cervantes sería más bien «gilipollas».

Un abundante y bien tramado repertorio de desatinos y equívocos articula este eficaz e ingenioso mecanismo cómico, como una maquinaria bien engrasada en la que todas las piezas encajan con naturalidad y maestría. «La cena de los idiotas» arranca de una situación extravagante: un grupo de hombres de negocios organiza cada semana una cena a la que invitan a personajes deslumbrantes por sus limitaciones intelectuales o por sus excéntricas aficiones. Una de esas veladas toca el turno a un funcionario de Hacienda que tiene la meticulosa afición de construir en sus ratos libres grandes maquetas con cerillas de madera.

Cuando falta poco tiempo para que tenga lugar ese ritual humillante, el invitado llega a casa del ejecutivo que se encargará de trasladarlo al domicilio en el que se celebrará la peculiar cena. Pero no será posible porque minutos antes de su llegada sufre un doloroso ataque de lumbago. A partir de ahí se desencadena una espiral de desatinos y ocurrencias que conducen a la paradoja de que el burlador resulta finalmente burlado y que el pretendido destinatario de las burlas (el idiota) sólo provocará que las desgracias se encadenen lametantablemente sobre el ejecutivo. Además, para rezar el rizo, la comedia también incide en un equívoco de carácter sexual, lo que provoca incidentes de gran eficacia cómica.