Sor Francisca Serra, religiosa de la Congregación de las
Hermanas de la Caridad de Formentera; Julià Vilàs Ferrer, cirujano
y fundador de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, y Joan
Prats, arquitecto y alcalde de Eivissa entre 1979 y 1983, recibirán
de manos del presidente del Govern, Jaume Matas, el próximo domingo
29 en Palma el Premi Ramon Llull, una distinción honorífica con la
que el Govern honra a las personas o entidades de las Islas que
destaquen por los servicios prestados a la Comunidad en el campo
cultural, deportivo, jurídico, empresarial, cívico, humanitario, de
investigación y lingüístico.
Los 22 Premi Ramon Llull 2004 restantes han correspondido a Sa
Mostra Internacional Folkòrica de Soller; el distribuidor de
publicaciones Vicenç Rotger Buils; el abogado Miquel Coll Carrera;
el costumbrista Bartomeu Barceló Quetgles; el investigador y
docente Josep Miró Nicolau; el médico y político Gabriel Oliver
Capó; el periodista y escritor Pere Bonnín Aguiló; la humanista
Carme Font Jaume; el jurista e historiador Roman Piña Homs; la
filóloga Aina Montaner Rotger; la Fundació Barceló; el grupo de
rock Ja t'ho diré; el maestro, escritor y pacifista Llorenç Vidal;
el pintor Pacífic Camps Coll; la escritora Antònia Vicens
Picornell; el médico Vicenç Planas Hevia; el médico Ramon Rotger
Moner (a título póstumo); el médico Joan Juaneda Rover; el médico
Joan Femenia Perelló; la Fundació Kovacs; AMEBA (Agrupació Mèdica
Balear), y el médico Francesc Oleo Carrió (a título póstumo).
Sor Francisca Serra es natural de Mallorca, tiene 83 años y
reside en Formentera desde 1955. «Pienso que no soy merecedora del
premio, pero la Congregación sí; por eso estoy muy agradecida»,
comentó ayer con modestia a este periódico la monja más veterana
del de la congregación de las Hermanas de la Caridad de Formentera.
«Desde que vine me dediqué a la enseñanza. Trabajé doce años con
las niñas mayores, que entonces estaban hasta los 15 años. Cuando
hubo la reforma en el 75 cogimos los párvulos, aunque empezamos con
ellos dos años antes. Hasta que me retiré trabajé en la guardería».
Y recuerda sus primeros años en la isla: «Eran tiempos difíciles,
porque después de la Guerra casi no había para comer. Nosotras
procurábamos ayudar en lo que podíamos, incluso a nivel médico»,
precisó Sor Francisca, añadiendo que «ahora hay cinco monjas; y sí,
somos el único colegio religioso de la isla».
Por su parte, Julià Vilàs Ferrer afirmó que recibía el galardón
«con alegría y con tristeza, porque los premios siempre los dan
cuando uno ya es anciano». «En cualquier caso, sí que me ha
sorprendido, nunca he esperado premios. Mi trabajo lo he hecho
porque me ha gustado, pero siempre es de agradecer que te lo
reconozcan».
La Policlínica de Nuestra Señora del Rosario se fundó en 1968.
«La primera que tuve empezó con 7 camas; la segunda con 60, y la
tercera, con 95. Ahora estamos mirando de ver si el Ayuntamiento
nos da permiso para hacer una segunda unidad de intensivos»,
comentó el veterano cirujano, quien se mostró orgulloso de que en
su centro (en el que trabajan 158 personas) tengan siempre «la
última tecnología en todos los servicios. «La semana que viene
inauguraremos el primer mamógrafo digital de Balears», precisó.
En cuanto a Joan Prats, también recibió el premio con sorpresa.
«Me quedé pensando en qué había hecho yo para merecer tan alto
honor, porque soy más bien discreto y reservado. Supongo que será
por haber estado metido siempre en la cosa cultural; soy miembro de
la comisión del Pepri y de la de Patrimonio, he restaurado muchas
iglesias, he hecho cosas para el Castillo... En fin, que estoy
encantado y muy agradecido, por supuesto», concluyó.
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