Desde 1992 el Ayuntamiento de Eivissa impulsa una Escuela Taller
para jóvenes entre 16 y 25 años en paro. La entidad desarrolla
sobre todo proyectos de una duración máxima de dos años centrados
en la recuperación del patrimonio del municipio y financiados por
el Fondo Social Europeo y la Conselleria de Treball del Govern.
Desde hace un año, los alumnos trabajan en la reconstrucción de un
edificio de la vieja calle de los judios de Dalt Vila y en la
recuperación y rehabilitación del baluarte de Sant Pere. Además,
otros realizan labores de jardinería y de mantenimiento.
Desde 1998 está al frente de la Escuela Taller la arqueóloga
Àngeles Martín, aunque está vinculada a la misma desde sus inicios.
Otra entidad anexa a la Escuela era el Taller de Ocupación, para
mayores de 45 años, que realizaba proyectos a un año vista, pero el
SOIB (Servei d'Ocupació de les Illes Balears) denegó la
financiación a los previstos para este año, alegando «que no había
más dotación presupuestaria», según explicó a este periódico el
concejal de Benestar Social del Ayuntamiento de Eivissa, Santiago
Pizarro. «Pero llama la atención que todos los proyectos aprobados
sean precisamente de instituciones gobernadas por el Partido
Popular», ironizó.
Al respecto, Àngeles Martín comentó que el Ayuntamiento volverá
a solicitar ayuda para estos dos servicios de carácter social en la
próxima convocatoria. «Supongo que los aceptarán, por la cuenta que
les trae también a ellos, porque el propio SOIB nos mandaba a los
parados que daban el perfil; y si no existiesen la Escuela Taller y
el Taller de Ocupación no podrían derivar a estas personas a las
que les es difícil integrarse en el mundo laboral».
Sobre el proyecto del edificio de la casa de los Judios, Martín
apuntó que podría estar terminada en cuatro meses. «No podemos dar
una fecha exacta porque es difícil evaluar el rendimiento de los
alumnos. Hay que tener en cuenta que la media es de unos 17 años,
se están incorporando a este trabajo y no son profesionales; no les
puede exigir como tales». En cualquier caso, las obras están muy
adelantadas: «Ya están en los acabados, con la colocación de
baldosas, los revocos de las paredes y así; lo que queda son
cuestión de detalles», precisó.
A juicio de la arqueóloga, lo más interesante de este proyecto
fue cuando se hicieron las excavaciones de la casa: «Se encontró la
calle que en su día don Joan Marí Cardona situaba en este lugar y
decía que era ecarrer dels jueus. Encontramos lo que sería el
empedrado original del inmueble, que se mantendrá para que pueda
ser visto por todos». En cuanto al uso que tendrá el edificio, el
arquitecto municipal, Rafael Lozano dijo a este periódico que
«serán oficinas multiusos con una amplia flexibilidad para
adaptarse al fin para el que las quiera destinar».
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