Algunas de las fotografías de la Formentera de 1962 que el fotógrafo holandés Cas Oorthuys .

La Sala de Cultura de «Sa Nostra» de Sant Francesc acogerá a 19,00 horas de mañana viernes la inauguración de la exposición «Formentera l'any 1962, Cas Oorthuys». La muestra, organizada por el Museu Etnològi de Formentera dentro del programa de las fiestas patronales de Sant Francesc Xavier, , estará abierta al público hasta el 10 de diciembre.

Todas las instantáneas pertenecen a una colección adquirida por al Netherlands Photo Archives por el Consell Insular para su Arxiu d'Imatge i So. El conjunto consta de casi 200 fotografías en blanco y negro. Las que ahora se presentan son una selección de las que realizó el reconocido profesional holandés en 1962 a la isla y de la travesía para llegar a ella; instantáneas en las que aún es fácil de reconocer muchos ciudadanos locales así como situaciones y costumbres familiares. Imágenes de un notable interés sociológico y artístico tanto para la evocación de la memoria como para el conocimiento de como era Formentera cuando el turismo era apenas un fenómeno incipiente.

Casparus Ooorthuys (Leiden, 1908 -Amsterdam, 1975) comenzó a practicar con la fotografía en su época de estudiante de arquitectura, pero fue a partir de 936 cuando empieza a dedicarse a ella profesionalmente. Además de su colaboración en diversas publicaciones, obtuvo un reconocimiento internacional como reportero gráfico de la agencia ABC Press en los juicios de Nuremberg a los jerarcas de la Alemania nazi. Más tarde se dedicó a viajar por todo el mundo atrapando con su objetivo imágenes, escenas, personas... que le sirvieron de materia prima para su reconocida y popular serie «Contact pocket», una colección de libros-guía de bolsillo para turistas.

Fue por este motivo por el que Oorthuys visitó las Pitiüses en 1962, incluyendo en el volumen dedicado a Balears 21 instantáneas de Eivissa y Formentera; imágenes que, a pesar de que hayan pasado casi cuarenta años sobre ellas, todavía mantienen intacto el frescor y la vivacidad con que fueron tomadas por la curiosa y eficaz mirada de este nuevo holandés errante. Imágenes que son un testimonio, que muchos pueden considerar de cargo, acerca del crecimiento urbanístico, el cambio de economía, las modificaciones sufridas por el paisaje, las modas y tradiciones una época aún serena y reposada. Imágenes que vistas desde la atalaya del desarrollo que ha sufrido Formentera (mucho menor que el de Eivissa) producen en el espectador una nostalgia que apela a la conciencia histórica.