El catedrático de Filología de la UIB, Perfecto Cuadrado, ayer en la inauguración de la Universitat d'Estiu.

Jean Serra se centrará en «La poética de Marià Villangómez».

JULIO HERRANZ
El catedrático de Filología de la Universitat de les Illes Balears (UIB), Perfecto Cuadrado, fue ayer el encargado de impartir la lección inaugural de la cuarta edición de la Universitat d'Estiu d'Eivissa i Formentera, que se desarrollará toda la semana en la sede local de la UIB. Para la ocasión, eligió un amplio y complejo tema: «Fernando Pessoa o la nueva odisea trágica de Fausto», un autor apasionante del cual el doctor Cuadrado es todo un experto. Al respecto, tiene publicado en Edhasa un volumen de sus aforismos que ha titulado «Máscaras y paradojas».

A la lección inaugural asistieron el presidente del Consell, Pere Palau; la consellera de Cultura, Carolina Torres; responsables de la UIB pitiusa, y representantes de las de Mallorca y Menorca. El programa, que se desarrollará durante toda la semana, lo conforman cinco cursos: «Diálogos entre filosofía y poesía: Leopardi, Keats, Hölderlin, Rilke y Marià Villagómez»; «Activitat subacuáticas y salud»; «Arquitectura contemporánea en las Pitiüses»; «Las relaciones laborales en el sector turístico y hotelero de la comunidad autónoma de Balears» y «Nutrición en la vejez y enfermedades degenerativas».

Sobre Pessoa, Perfecto Cuadrado afirmó que lo que más llama la atención del personaje «es el contraste entre el ciudadano gris, anodino y chupatinta, y el creador de ese mundo y pensamiento filosófico y literario, con su rico bagaje heteronímico, esa construcción de personajes que dialogan entre sí, se contradicen, se critica, influencían los unos a los otros y que forman una verdadera galaxia». De entre las interpretaciones que la figura del autor de «El libro del desasosiego» ha suscitado, la del ponente es que su comportamiento fue debido «a la necesidad de cumplir el sueño de una revolución para la humanidad, porque el clima de decadencia de la época le disgusta». «Su pretensión política era de que había llegado la hora de que la humanidad fuera regida por una aristocracia del espíritu, tras el fracaso de la aristocracia de la sangre y de la del dinero. De ella derivaría una revolución social, política y económica». La aportación singular, cósmica y genial de Pessoa fue que él solito sacó de sí mismo a los apóstoles de su particular evangelio regenerativo, sus heterónimos: Alberto Caeiro, Àlvaro de Campos, Ricardo Reis, Bernardo Soares, Antonio Mora, Vicente Guedes y bastantes más.