«Mi repertorio es muy variado, desde el fado más clásico al hecho por nosotros»

Névoa (Núria Piferrer en el DNI), nació en Madrid en 1971 en el seno de una familia de origen catalán, y desde muy joven se ha dedicado a la canción en diferentes formaciones, empezando por el Orfeó Català, pasando por Lo Poder del Canta, De Soca-Rel, la compañía de teatro musical Dagoll Dagom o el grupo de música tradicional griega Vradiaki. «Siempre me he dedicado a la música tradicional, pero de género urbano, como el tango. En mi trayectoria siempre ha habido una línea bastante clara hasta que llegué al fado, algo que parecía inevitable; aunque no me cierro a otras posibilidades, porque un artista debe hacer lo que realmente le apetezca y utilizar los lenguajes que le sirvan para expresarse mejor», explicó ayer la cantante a este periódico.

Música tradicional de distintas procedencias y posibilidades, pero con algunas limitaciones: «No me atrevería a cantar flamenco, lo veo muy complicado, porque es muy duro vocalmente para mí. Pero sí contemplo interpretar la copla, muy emparejada con el fado, porque nacieron en el mismo momento y de las mismas necesidades».

En los últimos años, el fado ha sufrido una notable evolución, a la que Névoa ha sido sensible. «Básicamente, mi repertorio es muy abierto, porque al no ser portuguesa no tengo la legitimidad de ellos a la hora de acotar las innovaciones, ya que en su caso lo han mamado de siempre. Por eso lo que hacemos es muy variado; desde el fado clásico, de los 40 y 50, a los modernos de los 80 y composiciones nuestras».