Hacía casi cuatro años que Willie no exponía en la isla, la
última vez lo hizo en sa Nostra.
El Hotel, de la discoteca Pachá, acoge desde el viernes en una
de sus salas la exposición de Willie Márquez. La idea de exponer en
este espacio surge porque el Hotel tiene obras suyas en algunas
habitaciones, y quería hacer algo de cara al público, aunque esta
obra no está hecha específicamente para la ocasión.
«A pesar de que es la primera vez que expongo en un hotel, ahora
mismo voy ha hacer otra exposición en un cortijo, en Arcos de la
Frontera. Es una casa rural muy bonita que acaban de reformar»,
comenta Willie.
La muestra presenta una serie de óleos sobre lienzo en colores
tierra. Esta gama de diferentes tonalidades le hace sentirse bien,
«no es algo premeditado, sino que surgen de forma natural». Es un
color que le da tranquilidad, aunque afirma que a veces también
utiliza el rojo. Según su creador, «esta obra no tiene ningún
mensaje, es más una cuestión de transmitir una sensación, no de
explicar nada. Se trata del color, de la composición, del
espacio... No tiene título, es lo que se ve».
Márquez lleva ya cuatro o cinco años experimentando con estos
colores, los tonos tierra. «Hay algún cuadro, de los últimos que he
pintado dónde he introducido algún elemento nuevo, pero pertenecen
todos a la misma línea. Para mí todos los cuadros son diferentes,
aunque puede que para los demás no. El fondo es el mismo, pero las
manchas van cambiando, hay una evolución en todos ellos. Lo que más
me gusta es hacerlos con muy pocas cosas y utilizando los mismos
materiales. Que sean tan iguales y tan diferentes al mismo
tiempo».
La reacción de los que visitan la exposición esta siendo muy
positiva, según el artista. «La gente está muy contenta. Los que
han venido se han ido encantados, se han sorprendido muchísimo. Yo
también estoy muy contento, claro», explicó Márquez risueño.
Uno de los trabajos que tiene en marcha es una colaboración con
la marca Timberland. Al cumplirse el 30 aniversario de la «yelow
boot», la bota amarilla, la empresa ha seleccionado a treinta
artistas nacionales para que cada uno haga una introducción sobre
la bota.
La última exposición la ha hecho en Madrid, en un estudio de
interiorismo. Tampoco es algo raro en su trayectoria, ya que
colabora con numerosos decoradores.
Willie Márquez es un artista inquieto en constante movimiento.
«Casi todo el invierno estoy en Madrid. Aunque también voy el resto
del año, ya que trabajo mucho allí», comentó. Pinta siempre que
puede, aunque últimamente está trabajando muchísimo y apenas puede
parar. Ahora tiene exposiciones casi simultáneas en varios sitios,
cómo Valencia, Barcelona y Jerez. En octubre presenta una
exposición en Madrid con el decorador Diego Rodríguez en la calle
Serrano.
También ha inaugurado una exposición en el Museo de Bellas Artes
de Buenos Aires, Argentina. «Es una exposición con Manu Fernández,
diseñador de moda. Se ha hecho una colección de cincuenta trajes,
pintados por cincuenta artistas, algunos muy conocidos. Una
propuesta itinerante que va a recorrer Europa, Asia y muchos
lugares», explicó Márquez.
Sobre el estado de Eivissa prefiere no hablar. «Si pintara algo
en este momento seguro que saldría algo feo, aunque me encanta la
isla. Pero creo que es el último agosto que paso aquí», dijo entre
risas.
Comenzó a pintar a los dieciocho años, cuando su mujer le regaló
un caballete en Navidad. Desde entonces y hasta ahora, son miles
las obras que ha creado, cientos las exposiciones que ha realizado
y un montón de años por delante que sin duda les esperan con los
brazos abiertos.
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