«Soy muy joven y trabajo muy duro, todo el tiempo; así que en mi
obra ya hay una evolución bastante evidente». Con estas palabras
resumió Gustavo Von Ha a Ultima Hora Ibiza y Formentera la sorpresa
que suele causar a los espectadores cuando se enteran de que el
autor de una obra tan madura tiene tan sólo 25 años. Los curiosos
pueden comprobarlo en el hotel Pachá, donde el artista brasileño
presenta una exposición titulada «Damerograma». «Me alegró mucho de
exponer en esta isla porque me parece un sitio mágico con gente muy
cálida y amistosa, como la de Brasil. Esto va muy bien para la
recepción de mi obra, que va dirigida al ser humano en su esencia,
que es la misma en todo el mundo en cuanto a sentimientos,
emociones, miedos, instintos, pasiones...», añadió.
La presencia de Gustavo Von Ha (el curioso apellido le vine de
su abuelo paterno suizo) en Eivissa es consecuencia de haber sido
seleccionado entre los artistas más prometedores de su país para
hacer una gira por Europa. Al recalar en la Casa de Brasil en
Madrid, hizo contacto con gente de Pachá para inaugurar una serie
de exposiciones previstas en su nuevo hotel ibicenco. «Hasta he
hecho algunas obras de la serie sobre los espejos. Estoy muy feliz
porque la próxima temporada quieren hacer otra exposición mía, y
son gente seria», afirmó.
La obra que Von Ha ha traído a la isla llama la atención por su
simbolismo y su elaborada sencillez conceptual. «Lo que busco es
llegar al punto expresivo más sencillo; por eso estudio tanto; soy
un adicto al trabajo y siempre estoy en tensión creativa, vaya a
donde vaya». «Estoy atento a todo lo que me rodea, absorbiendo y
hasta vampirizando la vida para luego vomitarla en mi obra de la
forma más depurada que pueda», confesó el entusiasta y apasionado
creativo.
Y tal depuración es lo que ansía y busca sobre todo, decir cada
vez más con menos elementos: «Creo que necesitaré aprender toda la
vida para llegar a pintar tan bien como los hacía a los cuatros
años. Sin prejuicios ni dogmas, en absoluta inocencia y libertad».
«Eso es a lo que aspiro, ser un chico que mira en un espejo y trata
de encontrar a aquel niño que perdí, al niño que todos perdemos.
Ese es el motivo por el que hay tanta violencia, locuras, miedos...
Por eso la gente se droga y bebe demasiado, para intentar encontrar
de nuevo esa libertad que perdieron al hacerse mayores».
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