Obras de Ramón Alonso Luzzy (Cartagena, 1927-2001) figuran en el
Museo Reina Sofía, en el Museo de Bellas Artes de Granada y en el
Museo Nacional de Guinea, entre otros. Considerado como uno de los
maestros de su generación, pasó una temporada en Eivissa en 1958,
acompañado de Enrique G. Granados, otro pintor amigo, e invitado
por el pintor ibicenco Adrián Rosa. «En 1955 fui nombrado profesor
del Instituto de Cartagena y por medio de otro profesor hice
amistad con ellos. Eran muy majos y los invité a pasar unas
vacaciones en la casa grande que mis padres tenían en Dalt Vila»,
recordó ayer a este periódico el pintor ibicenco.
Según se explica en el catálogo de la exposición antológica que,
con motivo de su muerte le ha dedicado el Ayuntamiento de
Cartagena, el objetivo de la visita de Ramón Alonso Luzzy a Eivissa
«era visitar la isla y pintar sus paisajes, además de contemplar el
arte de vanguardia de los muchos artistas extranjeros allí
afincados. Al final de su estancia, los tres pintores realizan
conjuntamente la exposición 'Calles de Ibiza', en la sala de la
Sociedad Cultural Ebusus, colgando cada uno 6 obras. Sin embargo,
lo que más le influirá son las típicas yuxtaposiciones cúbicas y
escalonadas de las arquitecturas de la ciudad, que le dan la clave
para resolver las composiciones en perspectiva en muchos de sus
murales e incluso de sus obras de 'figuras' de su etapa posterior
».
La impresión que Eivissa dejó en el artista cartagenero fue
notable, según informó a este periódico su hijo Ramón, quien fue
secretario judicial en la isla de 2000 a 2002. «En el plano
cultural, para mi padre fue una impresión importante, porque fue
salir del aislamiento de la provincia y entrar en contacto con las
tendencias artísticas de vanguardias que practicaban en la isla
muchos artistas extranjeros». Además de la mencionada influencia de
la arquitectura ibicenca «en el desarrollo de los murales que hizo
por distintas zonas, que se volvieron más cubistas», añadió.
Un artista completo, que Adrián Rosa recuerda con cariño.
«Contactábamos poco, pero cuando lo hacíamos era como si no hubiera
pasado el tiempo», apuntó.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.