El oscarizado actor estadounidense Gregory Peck murió ayer en su casa de Los Àngeles, a los 87 años de edad. De galante apostura, fue uno de los más importantes actores americanos de los años 40 y 50. Dentro de su filmografía, destacan sus trabajos con directores como Hitchcock, Huston, Minnelli o Kazan. En el recuerdo de todos quedarán filmes como «Vacaciones en Roma», junto a Audrey Hepburn, o «Duelo al sol».

Peck, que estaba casado con su segunda esposa Veronique Passani, nació el 5 de abril de 1916 en La Jolla, California. Sus padres se divorciaron cuando él era aún muy niño y su infancia transcurrió en compañía de su abuela, gran aficionada al cine. Al acabar sus estudios secundarios quiso estudiar medicina (su padre era farmacéutico) pero abandonó la idea en la Universidad de Berkeley para enrolarse en el grupo de teatro de la Facultad. Poco después se fue a actuar y a estudiar interpretación a Nueva York.

A comienzos de los 40 logró debutar en los escenarios de Broadway con «The morning Star» o «The Willow and I». Estas actuaciones consiguieron que los siempre atentos hombres de Hollywood se fijasen en él y lo requirieran para su traslado a su estado natal, California.

Su debut cinematográfico se produjo con «Days of Glory» (1944), una película dirigida por el gran realizador francés Jacques Tourneur. Sería con su segunda película cuando Gregory Peck lograría el status de estrella. Gracias a «Las llaves del reino» (1944) de John M. Stahl serían incluso nominado al Oscar, pero sin conseguirlo. Era lo de menos, su nombre se convirtió en uno de los más populares de mediados y finales de los 40. Películas como «Recuerda» (1945) de Alfred Hitchcock, «El valle del destino» (1945) de Tay Garnett, «Duelo al sol» (1946) de King Vidor, «El despertar» (1946) de Clarence Brown -nueva nominación de la Academia-, «La barrera invisible» (1947) de Elia Kazan, «Pasión en la selva» (1947) de Zoltan Korda, «El proceso Paradine» (1948) de Hitchcock, «Cielo amarillo» (1948) de William Wellman, «El gran pecador» (1949) de Robert Siodmak y «Almas en la hoguera» (1949) de Henry King, tuvieron un gran éxito crítico y comercial afianzando la alta figura de Peck entre la audiencia mundial.

Por «La barrera invisible» y «Almas en la hoguera» conseguiría su tercera y cuarta nominación al Oscar, premio que se le resistía. Los años 50 y 60 continuarían ofreciendo buenas oportunidades para su lucimiento como intérprete, algunas como héroe y otras como vulnerable ciudadano. Sus títulos más destacados de este periodo son «El pistolero» (1950) de Henry King, «El hidalgo de los mares» (1951) de Raoul Walsh, «Las nieves del Kilimanjaro» (1952) de King de nuevo, «El mundo en sus manos» (1952) de Walsh y «Vacaciones en Roma» (1953) de William Wyler.

A «El hombre del traje gris» (1956) de Nunnally Johnson, le seguirían «Moby Dick» (1956) de John Huston, «Mi desconfianda esposa» (1957) de Vincente Minnelli, «Horizontes de grandeza» (1958) de Wyler, «Los cañones de Navarone» (1960) de Jack Lee Thompson, «El cabo del terror» (1962) de nuevo con Lee Thompson, «Matar a un ruiseñor» (1962) de Robert Mulligan o «Arabesco» (1966) de Stanley Donen, entre otras.