Maurici Cuesta tocó en su Barcelona natal durante un tiempo en un original trio de armónicas.

Alguien que lo conocía bien comentó durante la velada de jazz del día 28 en el Arteca en homenaje a Maurici Cuesta Domínguez, que la muerte había tenido el detalle de ahorrarle el disgusto de ver el resultado de las elecciones del 25M. Como miembro fundador de Entesa Nacionalista d'Eivissa (ENE), del que forma parte actualmente su hijo (concejal de Turisme del Ayuntamiento de Vila), desde luego que no le habría hecho gracia.

Pero ¿quién era este polifacético personaje que falleció dicho día a los 73 años a consecuencia de un cáncer de esófago? Los amantes del jazz de la isla sabían que era el fundador de la Associació Cultural Arteca, pero su curriculum abarca un buen número de iniciativas que buscaban elevar el nivel cultural de la isla, aparte de otras aventuras, labores y propuestas apenas conocidas, y que la madre de sus hijos (Maurici y Alba), Montse Labernia, su esposa durante muchos años y quien le asistió y cuidó hasta el último momento (murió en sus brazos), recuerda para este periódico.

Por ejemplo, sus años jóvenes en su Barcelona natal, miembro del Hot Club de Jazz e integrante de un trío de armónicas. Conciertos, giras por Francia... hasta que un día vio un anuncio en un diario en el que buscaban gente para ir a Hong Kong, donde construirían un junco, «Rubia», que haría la travesía hasta la Ciudad Condal. Dijo que era fotógrafo y sabía cocinar, y le ficharon. Una aventura increíble que duró varios meses. A la vuelta, no le apeteció seguir en Barcelona y vino en 1959 a Eivissa; encontró un local casi en ruinas en Dalt Vila, y en 1961 (recién casado ya) abrió allí el Ànfora, un club con orquesta diaria y jazz los fines de semana, donde acudían melómanos de pro de varios países. Duró seis años, y lo dejó por exceso de trabajo.