Unas dos mil personas del mundo empresarial, cultural y político dieron ayer en la iglesia de Sant Josep Oriol de Barcelona su último adiós al editor José Manuel Lara Hernández, que falleció el pasado día 11 a los 88 años. En la misa, oficiada en castellano por el arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, el obispo señaló que «hoy despedimos a un caballero y un buen cristiano», que para muchos de los presentes fue «su jefe de empresa o su editor», y ha confesado que «para mí fue un amigo admirable» y un «gran mecenas». Carles ha subrayado que Lara «era andaluz, pero fue en Barcelona donde se casó y fundó su familia», y ha añadido que «amó sus orígenes y amó Cataluña, y practicó la interculturalidad antes de que aparecieran teorías sobre ella».

José Manuel Lara García, hijo del consejero del grupo Planeta y nieto del editor fallecido, dijo en nombre de la familia que «nos enseñaste a crecer y a disfrutar de la vida, a luchar por lo que uno cree; y hoy, antes de que emprendas este viaje, queremos que te lleves en el alma el recuerdo de todos nosotros».

La familia de Lara, encabezada por sus hijos y nietos, acompañó el ataúd del editor hasta el panteón familiar del cementerio de Montjuic, donde está también enterrado su hijo Fernando, que falleció en un accidente de tráfico en 1995.