El Teatro Pereyra en plenas obras de restauración. Foto: VICENÇ FENOLLOSA

Desde hace varios días, se están llevando a cabo obras de restauración en uno de los edificios con más personalidad del barrio de la Marina (Eivissa), el del Teatro Pereyra. El emblemático inmueble, inaugurado en 1899 y propiedad de la familia Matutes, fue declarado hace dos años Bien de Interés Cultural (BIC) por el pleno del Consell Insular, tras ser aprobado el expediente por la Comisión de Patrimonio. En concreto, las obras consistirán en la reparación del techo del porche, que se encontraba en mal estado y con riesgo de derrumbarse, y el acondicionamiento y pintada de la fachada. Según explicó ayer a este periódico la presidenta de la Comisión de Patrimonio, Fanny Tur, la petición de viabilidad para llevar a cabo el proyecto de restauración fue solicitada hace tiempo. «No recuerdo ahora la fecha; era un proyecto del arquitecto Víctor Beltrán que, efectivamente, se aprobó». Antes de la presentación del proyecto, la Comisión ya había enviado varias cartas a los propietarios recordándoles que, según ordena la Ley de Patrimonio para los BIC, «tienen la obligación de mantenerlos en buen estado, además de permitir su visita y otros deberes».

La restauración también cuenta con el visto bueno del Pepri, según apuntó ayer a este periódico la concejala del Ayuntamiento de Eivissa, Lurdes Costa. La intención anunciada al principio de la legislatura por el Consistorio y el Consell de recuperar el Teatro Pereyra para uso cultural público no prosperó. «Parece que la familia no tiene interés en venderlo, y en todo caso pone un precio prohibitivo», precisó Costa. Por su parte, Fanny Tur apuntó que el Consell Insular sigue interesado en recuperar «el Pereyra, el Teatro España de Santa Eulària y la Casa Broner de sa Penya, para que lleguen a ser espacios culturales para el pueblo soberano».

La construcción del Teatro Pereyra comenzó a finales de 1897 y fue inaugurado oficialmente el 6 de abril de 1899, aunque el primer Café Pereyra fue adjudicado en noviembre de 1898, año que figura en el rosetón de la fachada principal del edificio. A lo largo de su historia ha sufrido varias modificaciones y ampliaciones. Una de ellas fue el porche columnado que ahora se restaura. Otras fueron los laterales, ocupados por varios comercios, y el vestíbulo del teatro, convertido actualmente en un café concierto.