El escritor barcelonés Terenci Moix falleció en la madrugada de ayer a los 61 años en su casa de Barcelona, y deja una obra vasta e importante en castellano y catalán dominada por dos de sus pasiones: el cine y el Antiguo Egipto. La capilla ardiente del escritor se instaló en la tarde de ayer en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, donde los barceloneses le están dando su último adiós hasta que hoy sea incinerado.

Al domicilio del escritor se desplazaron a primera hora de ayer amigos del autor de «El arpista ciego», entre ellos la periodista y escritora Maruja Torres que anunció «una celebración civil de despedida» de Terenci Moix, en la que «La Traviata» y la banda sonora de «Sinué el Egipcio» tendrán un protagonismo especial. Las cenizas de Terenci Moix se esparcirán en el pueblo egipcio de Deir-el-Medina, situado en el Valle de los Reyes de Egipto, donde vivían antiguamente los artesanos que pintaban las tumbas de los faraones.

Con toda probabilidad, varios amigos íntimos le acompañarán en este último viaje a un país por el que sentía fascinación y al que dedicó varias de sus obras más conocidas. Desde que había salido de la clínica Teknon, hace unos quince días, Terenci Moix se había dedicado a ultimar un libro sobre los «Inmortales del cine de los años 60» que deseaba finalizar próximamente, y pedía a sus amigos que no le visitaran para poder dedicarse exclusivamente a este trabajo.

No obstante, una de las últimas visitas que recibió fue, el pasado domingo, la de su amiga Nuria Espert, que el 13 de marzo recogió en su nombre el premio José Manuel Lara de novela por su obra «El arpista ciego» y que leyó un mensaje de agradecimiento escrito desde la clínica Teknon. Con motivo de la obtención de este último premio, Terenci Moix expresó a Efe su satisfacción por ser «un premio inesperado» que implicaba «reconocimiento y consideración» y porque le cogía «en un momento difícil», ya que se encontraba en la clínica desde hacía dos meses por sus problemas respiratorios y de vértebras.

Amigos, editores y escritores coincidieron ayer en señalar que en «la vasta y desigual» obra literaria de Terenci Moix destacan «El día en que murió Marilyn», escrita a principio de los años 60 y que revolucionó e introdujo la cultura pop en las letras catalanas y sus libros de memorias, reunidos bajo el epígrafe de «El peso de la paja», claves para entender la proyección de Egipto y del mundo del cine en toda su trayectoria vitalista y literaria.