El erotismo visto desde las Islas Una instantánea de Barzilay, la única participación por Eivissa

En total, la exposición incluye 22 piezas de 22 autores, entre fotógrafos, pintores y escultores, que presentan su visión personal del erotismo desde una amplia gama de puntos de vistas y significados.

Declaraciones de principios basadas en la piel. Autores consagrados del panorama isleño poniendo color y forma al erotismo en algún momento de su vida. Los retratos, las pinturas, las esculturas, las fotografías como excusa para mostrar posiciones, una concepción del arte centrado en el cuerpo y sus expresiones más básicas. Todo se reúne en la muestra «Erotisme a la plàstica contemporània a les Illes Balears».

La intención de la muestra, «realizar una aproximación al tema erótico como elemento de inspiración creativa desde tiempos de la prehistoria», explicó en la presentación de la muestra en Palma Joan Carles Gomis, el comisario de la exposición. Las obras seleccionadas pertenecen a diversos artistas, lo que ofrece una visión amplia de estilos y generaciones, un recorrido por tendencias variadas. En cuanto a su procedencia, algunas son propiedad de los mismos artistas, aunque la mayoría procede de museos y distintas instituciones de distintas partes del mundo, no sólo del archipiélago. La selección de esas 22 piezas que componen la original propuesta que ahora llega a Barcelona «no ha sido arbitraria, porque se ha tenido en cuenta la presencia del tema erótico en su trayectoria artística», aseguró Gomis.

La relación de los artistas participantes incluye a Rafael Amengual, Ellis Jacobson, Frédéric Barzilay, Joan Bennàssar, Pere Bennàssar, Miquel Brunet, Jaume Canet, Maria Carbonero, Toni Catany, Ricard Chiang, Miguel Czernikowski, Llorenç Ginard, Mat Klarwein, Joan March, J. M. Menéndez Rojas, Guillem Nadal, Pepe Nebot, Matías Quetglas, Josep Maria . Roca Fuster, Bernardí Roig, Antoni Socias y Ramon Trias.

Frédéric Barzilay (Salónica, Grecia, 1917) conoció Eivissa por primera vez en 1972. Al poco tiempo adquirió una casa payesa en Sant Agustí, donde pasó largas temporadas durante unos diez años. En 1993 se traslada a vivir a una casa antigua de Dalt Vila, a donde sigue volviendo por periodos cada vez más cortos y distantes.

Sus fotografías han figurado en varias antologías del género y libros. Entre sus admiradores destaca Julio Cortazar o Pablo Neruda, quien le dedicó estas palabras: «A Barzilay, que ha dado luz al alma del cuerpo femenino. Su admirador».