JULIO HERRANZ
La tercera entrega de las XVII Jornades d'Arqueologia Fenício-Púnica tuvo ayer como protagonista a Paloma Cabrera Bonet, conservadora jefe del Departamento de Antigüedades Griegas y Romanas del Museo Arqueológico Nacional. Especializada en el mundo griego, especialmente en el comercio y la colonización griega en el Mediterráneo, la ponencia que expuso en la Extensión Universitaria se dedicó a analizar los «Materiales griegos en el contexto fenicio».

En el siglo IX a.C. la ciudad fenicia de Tiro inició su expansión marítima y puso en marcha una empresa comercial y colonial de enorme envergadura que marcó decisivamente el desarrollo histórico mediterráneo. «Esta empresa condujo a los colonos y comerciantes fenicios hasta el extremo más occidental del mundo entonces conocido, la Península Ibérica», explicó Cabrera. «Desde comienzos del siglo VIII a.C. y a los largo del VII a.C. fundaron colonias y establecimientos comerciales, entraron en contacto con las poblaciones indígenas y crearon un intercambio que modificó la fisionomía política y económica de estas comunidades», añadió.

En este marco es en el que se introducen las más antiguas cerámicas griegas halladas en la Península Ibérica. «Estos hallazgos son una prueba más de la existencia de un comercio internacional mediterráneo en el que los metales, especialmente la plata, juegan un papel decisivo, un sistema comercial con un complejo entramado, con redes establecidas entre el Levante, Grecia, Mediterráneo central y Mediterráneo occidental». La investigadora concluyó su conferencia en las Jornades afirmando que «la comercialización de importaciones griegas por los fenicios se mantuvo hasta finales del siglo VII a.C.; es decir, duró unos dos siglos».