«Siete días de enero» fue otro título con fuerte carga política
en el que narró el asesinato de los abogados de Atocha. Y firmó
como coguionista de «Bienvenido Mr. Marshall». Su carrera fue
premiada el pasado mes de febrero con un Goya de Honor. Al recoger
la estatuilla preguntó si había algún productor en la sala «porque
tengo un par de proyectos no demasiado caros, soy eficiente, no
gasto más de lo previsto y me pregunto si podrían emplearme ahora,
porque no tengo mucho tiempo que perder». Fue una premonición y una
forma de reivindicar que, a pesar del premio, la industria no le
trataba bien.
El cineasta mantuvo relación con Balears apoyando con su
presencia el Festival de Cine de Menorca, primero, y más tarde el
Festival Internacional de Cine «Illes Balears» cuando la
organización trasladó el evento a Mallorca. Como invitado de este
último participó en la edición de 2000. En 1998 viajó a Palma para
inaugurar un cine club promovido por Comisiones Obreras. Eran los
tiempos en que había rodado «Resultado final», con Mar Flores como
protagonista, que fue un fracaso.
Entonces justificó la elección de la modelo y actriz asegurando
que volvería a contratarla. Fiel a sus principios y a su actitud
comprometida de militante comunista, también criticó los contenidos
del cine español asegurando que «lo que me conmueve es que habiendo
en este país problemas tan graves como el paro, la industria
cinematográfica no sea capaz de acercarse a ellos. Yo he intentado
hacer una película sobre este asunto y no he encontrado
dinero».
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