Eybrard conoció Eivissa en 1949 y desde entonces pasa cada vez más tiempo en la isla. Foto: KIKE TABERNER

El Espai Cultural Sa Punta des Molí acogerá a partir de las 18 horas de mañana sábado la inauguración de la exposición «Els paisatges de la llum», de Eybrard, que permanecerá abierta al público hasta el próximo día 15. «Tenía un especial interés en mostrar mis cuadros este año, y me hubiera gustado que fuera en Ebusus, donde se presentó la colectiva en la que participé en 1952, pero por razones de agenda, digamos, no ha podido ser», explicó el veterano artista a Ultima Hora Ibiza y Formentera.

El programa de aquella lejana exposición que tuvo lugar del 5 al 12 de agosto con motivo de las fiestas patronales de Vila, llevaba por título «XIV Salón de arte» y la nómina de los participantes se nota, por su número y algunos nombres destacados, que eran tiempos creativos en la isla: 43 pintores ( entre ellos, los Puget, Antonio Prats Calbet, Vicent Calbet, Antoni Mari Ribas 'Portmany', Félix Serra Cardona o Erwin Broner), y un escultor, Antonio Tur Costa. «A mi me invitaron por casualidad. Estaba pintando en el puerto y uno de la organización me dijo que si quería participar en la muestra; me pareció bien y presenté tres cuadros», recuerda Eybrard.

Desde 1949, este pintor nacido en Bruselas de madre francesa y padre andaluz frecuenta la isla. «La primera vez fue a sugerencia de mi profesor de pintura, Juan Serra, cuando yo vivía en Barcelona. Me dijo que era un lugar formidable y vine a pasar dos semanas. Desde entonces he vuelto casi todos los años; primero paraba en Figueretes, luego en Talamanca, más tarde fui un tiempo a Formentera, hasta que al llegar a los 60 años o así decidí comprar algo en Sant Antoni, donde paso unos seis meses e al año y donde he encontrado una gente fantástica», comentó.

En su condición de «niño de la guerra» (de dos, la española y la II Guerra Mundial, ya que vivió de forma más o menos directa ambas contiendas), Eybrard nunca fue a la escuela y aprendió sobre todo por la fuerte vocación que sentía desde crío por el dibujo. «Mi pintura es bastante clásica, con mucha textura; un impresionismo algo salvaje, pero con una importante base de dibujo. Es que, como decía mi maestro, el solfeo es la base de la música, como el dibujo es la base de la pintura», comentó. De todas formas, también ha hecho sus pinitos discretos con la abstracción. «Fue el año pasado, tenía una tela vieja y me puse a poner unos colores y tal; me gustó el resultado y repetí la experiencia hasta cuatro veces; mostraré también algo de esto en Sa Punta des Molí», concluyó.