El esperado concierto principal de las fiestas patronales de Sant
Agustí congregó el pasado miércoles a menos gente que en ediciones
anteriores. Algunos lo acusaban al desconocimiento de los grupos
participantes, aunque esto no ha sido óbice en otras ocasiones para
que la plaza de la iglesia se desborde con los fieles devotos de
una de las citas musicales más esperadas del verano.
En cualquier caso, el número resultó suficiente para dar buen
ambiente a un concierto que tuvo dos tiempos muy diferenciados. La
primera parte contó con la actuación de las gemelas vascas que
forman el dúo Ttukunak, que hicieron una demostración de toque de
txalaparta, y colaboraron también en la actuación de Rodopis, un
grupo búlgaro profesional con muchos registros, que no entusiasmó
al auditorio.
La cosa cambió por completo con la presencia de la orquesta
Sonora CoraSón. La solvencia y el buen hacer del cantante y los
músicos que le acompañaban levantaron con sus ritmos, su gracia y
sus canciones cálidas al personal intergeneracional, que aplaudió y
disfrutó.
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