Como viene ya siendo habitual desde hace un buen número de años, la plaza de la iglesia de Sant Agustí volvió a quedarse pequeña para acoger a los melómanos más fieles de la isla, aquellos que nunca fallan a la cita del concierto del día grande de las fiestas. El cartel de la velada de anoche, colofón de una tarde intensa en celebraciones, empezando por la tradicional misa, incluyó las actuaciones del dúo femenino vasco Ttukunak, que hicieron una demostración del típico instrumento de percusión euskaldún txalaparta; de los búlgaros Rodopis, buenos conocedores de la variada y rica música de los Balcanes, al que se unió el dúo vasco para fundir en una particular jam-session las músicas de dos mundos lejanos pero con bastantes puntos de encuentro en su folklore tradicional; y la orquesta cubana Sonora CoraSón, que con sus cálidos ritmos y su vibrantes armonías vocales, puso el broche a una velada que fue rematada, como manda la tradición, por una descarga vigorosa de petardos.