La ministra de Cultura, Pilar del Castillo; el lehendakari, Juan
José Ibarretxe, y el embajador de Alemania en España, Joachim
Bitterlich, asistieron ayer al funeral en memoria del escultor
vasco Eduardo Chillida, que se celebró en la basílica de Santa
María de San Sebastián. También estuvieron presente en la ceremonia
religiosa el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de
Cuenca; el presidente del Parlamento Vasco, Juan María Atutxa; el
ex lehendakari José Antonio Ardanza, entre otros representantes
políticos.
El funeral fue oficiado por el sacerdote y director del
Instituto Vasco de Criminología, Antonio Beristain, amigo personal
del escultor y encargado el martes de presidir la ceremonia
religiosa durante el entierro de las cenizas del creador. Una
dotación de la Guardia Municipal de San Sebastián vestida de gala
custodió la entrada de los fieles al templo, al que acudieron
numerosos representantes de la cultura, el arte y la política, así
como familiares y allegados de Eduardo Chillida y un gran número de
ciudadanos donostiarras.
Durante todo el día, cientos de personas se acercaron al
Ayuntamiento de San Sebastián para expresar respeto y
reconocimiento al escultor, firmando en el libro puesto al efecto.
Algunas de ellas lo hicieron en representación de organismos como
la Coordinadora Gesto por la Paz o la Sociedad Vascongada de Amigos
del País.
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