Desde el momento en que se conoció la noticia de la muerte de Eduardo Chillida fueron muchas las reacciones que se dejaron sentir, especialmente en el mundo de la cultura y del arte. Los reyes Juan Carlos y Sofía enviaron un telegrama de pésame a la viuda del escultor vasco Eduardo Chillida en el que expresan su reconocimiento hacia «una obra escultórica extraordinaria, llena de poesía y humanidad», que «constituye un motivo de orgullo para todos los españoles». Manifiestan también su «más sentido pésame» a la viuda del escultor, Pilar Belzunce. También señalan los Reyes que la obra de Chillida «ha marcado una época en el arte contemporáneo» y evocan «el recuerdo entrañable de nuestro último encuentro con él en la inauguración de su querido Chillida Leku y el recuerdo de la amistad que siempre nos distinguió».

El pintor Antoni Tàpies declaró que «coincidíamos en un sentido espiritual y serio». Tapies añadió que el escultor vasco «profundizó en hacer una obra que no fuese banal, que profundizase en la naturaleza humana». El escultor Juan de Àvalos manifestó su «congoja» ante la muerte de Eduardo Chillida, del que destacó su «deseo de superación» y su capacidad «constante de interrogación». De Àvalos, miembro de la Real Academia de Bellas Artes, explicó que conoció a Chillida «hace muchísimos años, cuando comencé la obra del Valle. Al taller vino un chico alto y flaco, con los pelos muy revueltos, a pedir trabajo; me enseñó las cosas que hacía, y yo le dije que podía ayudar al encargado, como hice con mucha otra gente», agregó De Àvalos, «luego, Chillida no siguió los derroteros que comenzaban en su juventud, él tenía ya una preocupación de volúmenes, eran cosas que no tenían nada que ver conmigo», precisó.

La ministra de Cultura, Pilar del Castillo, calificó de «noticia muy triste, que produce una gran desolación», el fallecimiento de Eduardo Chillida, «uno de los más importantes artistas plásticos del siglo XX» cuya obra «invita a una profunda reflexión sobre las grandes incógnitas de la vida». Chillida, dijo Del Castillo, fue sin duda «uno de los grandes creadores contemporáneos del mundo. Un español, un vasco, con una proyección universal como ha habido muy pocos en el arte contemporáneo». Su muerte, añadió, es «una pérdida irreparable». El director del Museo Reina Sofía de Madrid, Juan Manuel Bonet, se refirió a Eduardo Chillida como «uno de los artistas fundamentales de la segunda mitad del siglo XX, no sólo en España, sino a nivel internacional», que nos dio «una meditación de gran rigor en torno al espacio. Muy pocos escultores supieron como él, y en un tiempo tan difícil como era el español entonces, encontrar un camino tan limpio, tan esencial», dijo Bonet.

El pintor Antonio López aseguró que Chillida es el mejor escultor abstracto español y reconoció que su prestigio como artista va acompañado de un gran cariño porque, según dijo, «es uno de los españoles más nobles que he conocido». López, que fue gran amigo de Chillida y lamentó no haberlo tratado mucho más, aseguró que el artista fallecido tenía un carácter enormemente generoso. El pintor y escultor Manolo Valdés afirmó que con la muerte de Eduardo Chillida desaparece uno de los grandes escultores españoles y del mundo de la segunda mitad del Siglo XX, y un estilo de hacer arte prácticamente irrepetible.