De las iniciativas que Enrique de Polanco ha puesto en marcha para
difundir el libro de bolsillo, una de las que más ha llamado la
atención son las máquinas expendedoras de libros en el Metro, de
las que, a modo de programa piloto para un año, acaban de instalar
ocho en el de Barcelona. «No existen muchos referentes en Europa;
hay una experiencia parecida en Inglaterra, pero no en el Metro. En
el de París se instaló sólo para un tipo de libro, pero no fue muy
duradera.
Por nuestra parte, pusimos sólo una máquina en el Metro de
Santiago de Chile y fue un exitazo», explicó a Ultima
Hora Ibiza y Formentera el director general de Suma de
Letras, la editorial que promueve el experimento a través de las
colecciones de bolsillo de Punto de Lectura y con best-sellers
variados más o menos recientes. «El problema fue que los Metro
entendieran el asunto; el de Barcelona se abrió inmediatamente, no
así el de Madrid, con el que fueron difíciles las negociaciones».
«Costó trabajo encontrar el tipo de máquina que queríamos, para que
el libro bajase lento y no se rompiera; al final, encontramos el
mejor modelo en Suiza».
De vacaciones en Eivissa, isla que conoce desde hace tiempo,
Enrique de Polanco resumió así su intensa y movida trayectoria
profesional hasta el momento: «Terminé la carrera de economista y
entré a trabajar en el departamento de control de gestión de
Santillana; luego pasé a dirigir Santillana en Venezuela, donde
estuve siete años. Volví a Madrid por un año y medio, abriendo
varias editoriales en América, y luego fui a Santillana en
Argentina, donde estuve tres años. Al volver de nuevo a Madrid, y
cuando llevaba como un año, me encargaron el proyecto de montar una
colección de bolsillo, que en España es una asignatura pendiente»,
explicó de corrido.
El proyecto se fraguó uniendo las editoriales del grupo
Santillana (Alfaguara, El País Aguilar y Taurus) con Ediciones B,
«una editorial dedicada prácticamente al best-seller, aunque
Santillana poco a poco también va entrando en este campo».
Finalmente el acuerdo se consolidó en Suma de Letras, «de la cual,
la colección fundamental es Punto de Lectura». Dentro de ella, «hay
subcolecciones, por decirlo de alguna manera; cada una con un logo
alusivo: la de narrativa, un sillón de orejas; la de ensayo, una
chaise longue; para viajes, una alfombra voladora, y en actualidad,
una butaca de diseño», enumeró.
Buen conocedor del mundo editorial, Enrique de Polanco no cree
que el libro electrónico vaya a sustituir pronto al tradicional.
«No nos debe preocupar ni a corto ni a medio plazo; los e-book no
han tenido el éxito que nos hubiera gustado, porque, en cualquier
caso, no deja de ser un libro, el soporte es lo de menos; pero creo
que el de papel nos va a durar muchos años aún», apuntó con la
seguridad de quien ha estudiado bien la cuestión.
Rodeado de libros, el responsable de Suma de Letras se reconoce
lector de todo tipo de obras, aunque tiene sus preferencias. «Me
gustan mucho los nuevos escritores ingleses, tipo Martin Amis o
Julian Barnes; pero este verano he decidido darle a los clásicos.
Estoy leyendo 'El conde de Montecristo' y 'El corazón de las
tinieblas', que hemos metido recientemente en nuestras colecciones;
Dumas en clásicos de toda la vida, y Conrad en contemporáneos»,
precisó. Dos buenas propuestas para degustar en Eivissa, a donde
Enrique de Polanco suele recalar «también en invierno, porque tengo
amigos que me invitan a sus casas, y está todo más tranquilo»,
concluyó.
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