Imagen parcial de la necrópolis del Puig des Molins.

«La importancia patrimonial del Puig des Molins y sus necesidades son lo bastante amplias para justificar esa inversión, prevista desde hace dos años, que no resulta excesiva, desde luego». Con estas palabras valoró a Ultima Hora Ibiza y Formentera Benjamí Costa, conservador del Museu Arqueològic d'Eivissa, la aportación de 240.000 euros (unos 40 millones de pesetas) del 1 por ciento Cultural que el Gobierno central dedica a Patrimonio. «La cantidad está destinada a un proyecto de inversión para la mejora de las instalaciones de la necrópolis; sobre todo las infraestructuras para la visita pública del yacimiento; es decir, que se pueda mostrar más y en mejores condiciones, sin la precariedad que tenemos actualmente», añadió.

Como muestra de lo dicho, Costa apuntó que «ahora se están enseñando sólo seis hipogeos, y no en las mejores condiciones posibles; pero hay por lo menos tres mil». Entre los planes de mejora, figura «la posibilidad de hacer circuitos por el subsuelo, viendo los distintos tipos de hipogeos e intentando convertir en algo positivo lo que históricamente fue nefasto: los agujeros de los saqueadores, antiguos y no tan antiguos; negativo por lo que ha supuesto de robo, expolio y pérdida de Patrimonio».

«Ya que eso está ahí y no hay vuelta atrás, vamos a sacarle provecho. Puede ser interesante hacer circuitos con diferentes enfoques y grados de dificultad, para que distintos tipos de visitantes puedan también introducirse en ese mundo; mejorando la iluminación, la ambientación, reconstruyendo los distintos enterramientos de las distintas épocas en las que se utilizó la necrópolis; ilustrando lo que ha sido su proceso de evolución, desde los saqueadores de las distintas épocas al proceso de explotación científica del yacimiento».

Planes que, a medida que el entusiasta conservador del museo va enumerando, parecen que desbordan con mucho las posibilidades de los 240.000 euros. «Por otra parte está el diseño de los circuitos de los senderos de visitas, las áreas de descanso y conectar la casa payesa con todo el circuito general del yacimiento». «Al fin y al cabo la casa payesa es un bien patrimonial que está ahí y tiene su importancia. Está bien documentada desde principios del siglo XVIII y es muy representativa de lo que fue el Puig en los últimos siglos».