GUILLERMO ROMANÍ El intercambio cultural con Torroella de Montgrí y la segunda edición de la Diada Esportiva a la Mola transcurrieron ayer según el programa previsto pese a que a primera hora de la mañana los organizadores no las tenían todas consigo. La lluvia finalmente tuvo una presencia testimonial.

A las once se inició el paseo a pie por el camí de sa Pujada. Cerca de 200 personas, en su mayor parte de Torroella de Montgrí, disfrutaron de las vistas y conocieron los rincones más curiosos de la isla. Paralelamente, un grupo de ciclistas recorrió los caminos de la Mola y se dio el pitido inicial a una pachanga de fútbol sala para los veteranos; el relevo lo tomaron después los más pequeños. A continuación hubo demostraciones de aerobic infantil y de judo.

Mientras todo ello sucedía, las mujeres de la Mola rivalizaron haciendo buñuelos como churros, se puso en marcha el concurso de vi pagès y se cocinó la paella popular. Los organizadores utilizaron 120 kilos de arroz, 220 de pollo, 40 de sepia, cinco bolsas de mejillones y cajas enteras de gambas y bocas para un total de 1.000 raciones. Por la tarde esperaba la primera edición de la Olimpiada Pagesa que despertó gran interés entre los foráneos, muy interesados en conocer las costumbres locales.